En el 2022 bauticé a la clase media como del miedo y el medio, comparándola con la media de los pies porque sufre los vaivenes de los precios que suben y bajan conforme al interés de los poderosos (la clase alta), mientras los más pobres (la clase baja) no tienen poder para modificarlos y al estar entre el calzado y los pies, ella sufre el empuje de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo siendo apretada permanentemente. Ahora la inminente reforma fiscal la tiene nuevamente temblando de miedo y ya algunos comentaristas están hablando de una posible participación del Fondo Monetario Internacional cuya influencia hace cuatro décadas motivó múltiples protestas populares con un saldo de más de un centenar de víctimas y algunos lo están recordando para que el presidente Abinader no se deje engatusar por ese organismo internacional cuyo propósito es aprovecharse de las necesidades de países como el nuestro.
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Siempre he creído en simplificar los cálculos en la economía popular y sería sencillamente que los que más tienen paguen más impuestos.