Los principales países de la Unión Europea, Alemania, Francia e Italia, han vivido una profunda transformación de sus sistemas de partidos en los últimos 34 años. Esas transformaciones han implicado la disolución de partidos tradicionales, la emergencia de nuevos actores y una mayor fragmentación del entorno político.
En Francia, empezando la década de 1990, el sistema de partidos estaba dominado por dos grandes bloques: 1) la derecha tradicional, encabezada por el Rassemblement pour la République (RPR) y la Unión por la Democracia Francesa (UDF), una federación de partidos de centroderecha; y 2) la izquierda, dominada por el Partido Socialista (PS), apoyado por otros partidos de izquierda y extrema izquierda. A mediados de 1990 surgió el Frente Nacional (FN), bajo la dirección de Jean-Marie Le Pen, (ahora Reagrupamiento Nacional, RN) con una plataforma nacionalista, antiinmigración y de extrema derecha.
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En el caso de Italia, el dominio lo ejercían: la Democracia Cristiana (DC), partido de centroderecha que defendía los principios democráticos cristianos y promovía una economía social de mercado; el Partido Comunista de Italia, que abogaba primero por el comunismo, luego por eurocomunismo, y en 1991 se transformó en el Partido Democrático de la Izquierda (PDI), adoptando una postura más moderada y socialdemócrata; el Partido Socialista Italiano (PSI), que promovía políticas de justicia social, economía mixta y reformas institucionales. Al empezar la década de 1990, el sistema de partidos en Francia entró en crisis. La Democracia Cristiana y el Partido Socialista colapsaron y se desintegraron producto de la operación Manos Limpias, una serie de investigaciones judiciales que expusieron un sistema generalizado de corrupción en Italia.
En Alemania, el sistema estaba dominado por el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), organización que aboga por políticas que reduzcan la desigualdad económica y social en un contexto democrático; la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y Unión Social Cristiana (CSU). La CDU es un partido de centro-derecha y se sustenta en el humanismo cristiano, el conservadurismo y el liberalismo económico; por su parte, el CSU es la réplica del CDU en Baviera; Partido del Socialismo Democrático (PDS), sucesor del partido comunista de Alemania Oriental, abogaba por un socialismo democrático y una sociedad basada en la justicia social, la igualdad y la democracia participativa.
Hoy observamos como los sistemas de partidos en esos tres países se han transformado de manera profunda con la emergencia de nuevos partidos políticos, de manera especial los de extrema derecha.
En Francia, el Nuevo Frente Popular, organización integrada por La Francia Insumisa, el Partido Socialista, el Partido Comunista y los Verdes, obtuvo la mayoría relativa en las elecciones parlamentarias del domingo pasado. El partido de Emmanuel Macron, La República en Marcha, formado en 2016, ocupó la segunda posición, mientras que Reagrupamiento Nacional quedó en tercer lugar. El Partido Socialista, que forma parte del Nuevo Frente Popular, ha pasado de ser un partido residual; al tiempo que el Rassemblement pour la République (RPR) se disolvió en 2002, dando lugar a la Unión por un Movimiento Popular (UMP), que en 2015 fue renombrada como Los Republicanos.
En Alemania, los resultados de las últimas elecciones al Parlamento Europeo ponen de manifiesto el ascenso de la Alternativa para Alemania (AfD, organización creada en 2013, con una retórica antiinmigración y euroescéptica) se colocó como la segunda fuerza política de Alemania. Se aprecia el desgate de los dos grandes partidos, tanto el SPD como la CDU/CSU, y los Verdes se han consolidado como una fuerza política de primer orden.
El sistema de partidos en Italia ha experimentado cambios significativos en las últimas décadas. Actualmente, los principales actores son Fratelli d’Italia, partido de ultraderecha, encabezado por Georgia Meloni que acaba de ganar las elecciones al Parlamento Europeo, el Partido Democrático, organización de centroizquierda formado en 2007. Adicionalmente están Liga (derecha populista), Movimiento 5 Estrellas (Populista), Forza Italia (centroderecha),Italia Viva (centroderecha) y Azione (centroderecha).
En los tres países citados ha ocurrido una clara transformación del mapa político; cambios tectónicos en los que, lo más trascendental ha sido la emergencia de partidos de extrema derecha y populista. Esos partidos han capitalizado el descontento popular con temas como el “globalismo”, la desigualdad, la inmigración y la seguridad, y otros.