Nosotros, y los asuntos de la COP28

Nosotros, y los asuntos de la COP28

Juan Temístocles Montás

A partir del 30 de noviembre y hasta el 12 de diciembre se celebra la Conferencia de la Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP28 (en Dubái, Emiratos Árabes Unidos), para pasar balance de los progresos alcanzados en el Acuerdo de París, tratado celebrado en 2015 que aborda el cambio climático.

A la hora de abordar el establecimiento de políticas públicas relacionadas con el tema del cambio climático conviene tener claridad sobre la génesis de este problema para no cometer errores y saber hacia dónde dirigir dichas políticas.

En primer lugar, se precisa tener claro que los efectos del cambio climático recaen sobre toda la población mundial. Sin embargo, el 10% más rico es responsable del 59% de las emisiones de gases de efecto invernadero (bióxido de carbono, metano, óxido nitroso, ozono y clorofluorocarbono), que son los que producen el cambio climático, mientras que el 50% más pobre apenas genera el 8 por ciento.

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Una serie de indicadores permite ver con claridad dónde están los grandes responsables del mencionado problema. No es lo mismo abordar el asunto tomando en cuenta aquellos países que iniciaron su desarrollo industrial hace más de dos siglos que verlo en función de los que están ahora en proceso de desarrollo. De igual forma, no es comparable la situación de aquellos países con miles de millones de habitantes que la de los que tienen poca población y disponen de mucha riqueza.

Los países que iniciaron su desarrollo industrial hace más de dos siglos han sido los grandes generadores de los volúmenes de gases de efecto invernadero acumulados históricamente, destacándose Estados Unidos, que ha acumulado el 24% de todas las emisiones registradas desde la Revolución Industrial, seguida por China con el 14%, Rusia con el 7%, Alemania con el 5% y Reino Unido con el 5%. Visto como región, Europa acumula el 33% de las emisiones de gases de efecto de invernadero.

Si el abordaje se hace en función de la cantidad de gases contaminantes que los países emiten anualmente a la atmósfera, China es hoy en día el principal emisor. En 2021, la gran nación asiática aportó el 32% de las emisiones de gases de efecto invernadero, seguido por Estados Unidos con el 14%, la Unión Europea con el 10%, India con el 8%, Rusia con el 5%. Los porcentajes restantes se distribuyen entre el resto de los países del mundo.

Otra forma de abordar el problema es analizándolo en función de las emisiones por persona. Con este indicador, la situación cambia por completo. Los principales emisores pasan a ser Catar, Barein, Trinidad y Tobago, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos y Nueva Caledonia; todos, países productores de petróleo. Los grandes emisores, como China y los Estados Unidos, no figuran entre los principales emisores con este indicador.

En cuanto a la República Dominicana, se puede decir que no es un emisor importante de gases de efecto invernadero. En 2020, el país emitió 35.5 millones de toneladas gases de efecto invernadero, lo que represento apenas el 0.08% de las emisiones globales, alrededor de la mitad del peso relativo del PIB local en el PIB global (0.15% en 2020).

Como resultado del importante crecimiento de la economía dominicana, en las últimas tres décadas (1990 y 2020), las emisiones de gases de efecto invernadero se multiplicaron por 4.2, y las emisiones per cápita ascendieron a 3.42 toneladas de bióxido de carbono equivalente, valores inferiores al promedio de América Latina.

Los eventos climáticos extremos vividos recientemente en República Dominicana muestran el nivel de exposición y la vulnerabilidad a los mismos. Deben entenderse como una advertencia, y alientan a que nos preparemos para eventos más frecuentes y/o severos en el futuro. En la edición correspondiente al año 2018, el Índice de Riesgo Climático establece que para el periodo 1997-2016, la República Dominicana estuvo entre los diez países más afectados por las catástrofes relacionadas con el clima extremos.

República Dominicana es un buen ejemplo como país que no es importante en lo relativo a las emisiones de gases de efecto invernadero pero que sufre las consecuencias de todo lo que se deriva del cambio climático.