Nuestra Señora, fue levantada por los mejores obreros medievales con las manos más diestras de la ebanistería, de la carpintería, del taller de piedra, de la escultura santa, de los vitralistas, todos maestros geniales de sus oficios, masones insuperables en la perfección de la obra cuya ética y ejecución alzó al cielo el mayor monumento gótico.
Hemos tenido nuestra fascinación por la catedral desde los siete años cuando nuestra maestra de la escuela laica y pública francesa nos comentaba sobre los sortilegios del monumento. Ella se alimentaba de todo el aspecto épico y teatral de la obra de Víctor Hugo para suscitar en la clase una pasión dramática por el monumento porque, en su novela, Víctor Hugo inventó un fenómeno literario tan importante como la edificación de las piedras talladas de su arquitectura.
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En toda la novela presenciamos la pasión y el miedo que despierta la bailarina Esmeralda, por la que todos suspiran sin dejar de pensar que puede ser una bruja….
Víctor Hugo escribe la novela en 1831, y pinta la catedral con detalles únicos en sus gárgolas y recovecos, haciendo de ella un personaje que refleja la Francia del siglo XV para resaltar sus ideas de justicia, su compasión por los marginados, los olvidados. Notre Dame, bajo la pluma de Víctor Hugo, se convierte en un escenario que integra al pueblo de Francia en toda su dimensión humana y convierte a la catedral en un templo popular que llega y conmueve a las clases sociales más marginadas, porque, para Víctor Hugo, la Revolución Francesa de 1789 ,no abolió la miseria, ni la marginalidad social.
Es esa catedral que se mantiene en el alma de todas y todos los parisinos, un monumento al alcance de todos. un escenario de convergencia religiosa y laica, un referente forjador de una humanidad compartida por la diversidad, la pluralidad y la tolerancia.
Víctor Hugo hizo posible que, sin visitarla, Notre Dame esté en el pensamiento y conocimiento de todos los alumnos de Francia que en sus escuelas públicas o privadas se apropiaron en sus lecturas de ese templo de la justicia, de la lealtad y de la misericordia, sentimientos que conmueven y abren las conciencia.
Queda claro que la novela es una denuncia de la degradación que sufría la catedral y todo el arte gótico de París frente a las demoliciones y reformas de la Revolución Francesa en sus excesos
Es en esa novela de 1185 páginas que la catedral tocó el corazón de todos los franceses y de todos los parisinos, al convertirla en un personaje de carne y hueso pues la arquitectura es su cuerpo y el altar su alma y espíritu .
Cierto es que el monumento anclado en la isla de San Luis ha provocado diversas inquietudes, y después de la novela titánica de Víctor Hugo, con apenas 28 años, en 1842, Viollet Leduc, presenta a la Dirección de Cultos un proyecto de restauración que culminó con el restablecimiento de la flecha .
Pero esa reconstrucción o resurrección de Notre Dame no fue solo arquitectónica; atrajo la creación de una nueva sacristía para recibir su tesoro de culto, arrasado por los motines de la Revolución de 1789.
Jean Baptiste Lassus, socio de Eugene Viollet Leduc, fue invitado para dibujar y reconstruir las piezas de orfebrería del tesoro de la Catedral; Viollet Leduc es el autor universal de la restauración de la catedral y sobretodo el maestro y dueño de la flecha destruida en el incendio y, por fin, restaurada, y así hemos podido disfrutar de todas las celebraciones de las festividades religiosas esta Navidad 2024.
Hemos vivido con toda la emoción compartida entre creyentes, turistas y nacionales, feligreses y ateos; todos hemos acudido a la velada musical de la Noche de Nacimiento celebrada y oficiada por el obispo de París, monseñor Laurent Ulrich; y esto fue un acontecimiento inolvidable para toda la comunidad cristiana.
Por su vocación universal en la apertura oficial del 7 de diciembre la Presidencia de Francia no falló a su filosofía invitando a la soprano sudafricana Pretty Yende a interpretar el cántico «Amazing day’ y al violinista Daniel Lozakovitch tocar el Aria de Bach.
La diversidad musical fue una fiesta para todos cuando la voz de la pop star internacional de Pharrell Williams estalló al aire libre, en la plaza el hit «Happy» Con un coro de gospel.
El mensaje queda claro desde los Miserables, de Víctor Hugo, hasta los jefes de Estado internacionales: Notre Dame vuelve a ser ella misma una Dama del Humanismo universal.