Para el obispo emérito de la diócesis de La Altagracia, monseñor Gregorio Nicanor Peña, el rol de la Policía Nacional es aplicar la ley y garantizar el orden en la sociedad pero respetando los derechos de los ciudadanos.
Monseñor dijo que la relación entre los agentes policiales y la sociedad civil debe ser hermandad.
Al pronunciar la homilía de la eucaristía en la catedral Santiago Apóstol, con la que el Comando Regional Cibao Central de la Policía conmemoró el día del patrón de esa institución, San Judas Tadeo, monseñor Peña indicó que la ley es dura pero es la ley y nadie está por encima de ella, ya sean policías, funcionarios gubernamentales o civiles.
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“La aplicación de la ley es consecuencia directa de la razón y debe complementarse con hacer cumplir el orden, pero siempre que sea para beneficio de la sociedad o toda la colectividad”, señaló.
El obispo pidió a los miembros de la institución del orden poner en práctica el lema de la institución, “Ley y Orden”.
Al referirse a la reforma policial, el prelado resaltó que tiene buen objetivo y es mejorar no solo el servicio hacia la ciudadanía, sino la de los propios agentes policiales. Confió en que de la reforma policial surja una institución preparada.
“Esa reforma avanza a pasos agigantados y nuestros agentes la están respaldando porque no solo beneficiará a la sociedad, sino que representa mejores niveles de vida para ellos y sus familiares en los órdenes económicos, sociales, culturales y educativos”, expresó posteriormente el director del Comando Regional Cibao Central de la Policía, general de brigada Ramón Samuel Azcona Reyes.