Los daños causados por las diluviales lluvias caídas el viernes pasado en Santo Domingo, que dejaron un saldo de seis muertos, tres desaparecidos, y daños a viviendas y vehículos, no deberían verse como un episodio más, porque es urgente redefinir y ampliar el precario sistema de drenaje pluvial, para que al menos el 75% de la escorrentía de tormenta pueda drenar hacia el mar Caribe.
El señalamiento es del geólogo Osiris de León, quien expresó que, adicionalmente a los dos túneles de drenaje ubicados en las avenidas Máximo Gómez y Núñez de Cáceres, deben construirse tres subdrenes granulares, en dirección norte-sur, que lleguen hasta el mar a través de ambos laterales de las avenidas Abraham Lincoln, Winston Churchill y Luperón.
De León explicó que esos subdrenes deben ir acompañados de otros subdrenes granulares y sistemas de alcantarillas en dirección este-oeste para recoger las aguas de urbanizaciones y puntos críticos, para conducirlas hacia los dos túneles de drenaje existentes y hacia los tres subdrenes norte-sur a construir en ambas márgenes de las avenidas referidas.
Con esas obras, dijo, por lo menos el 75 % de la escorrentía de puede drenar hacia el mar Caribe, y el restante 25 % podría drenar de manera vertical a través de pozos filtrantes normales, de 12 a 24 pulgadas de diámetro, y grandes pozos puntuales, de 1 y 2 metros de diámetro, rellenos de grava gruesa, “que conduzcan las aguas pluviales desde los puntos críticos hacia el nivel freático, sabiendo que en el malecón el nivel freático está a 10 metros de profundidad y que en la avenida 27 de Febrero está a 50 metros de profundidad”.
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Falta de previsión
Las torrenciales lluvias caídas en tres horas hicieron colapsar Santo Domingo, sobre todo el Distrito Nacional, en una dimensión mayúscula por la furia de las inundaciones y el desborde de arroyos y cañadas.
En ese sentido, De León expresó que, si la ciudad hubiese tenido un adecuado sistema de drenaje, con capacidad para drenar los 150 milímetros de lluvias por cada metro cuadrado en cada hora, no se hubiese inundado y el tránsito no hubiese colapsado.
Al hacer esa observación explicó que “la Ciudad Colonial, construida por Nicolás de Ovando a partir de 1504, nunca se inunda, con ninguna tormenta o huracán, gracias a que lo primero que Ovando hizo fue construir un sistema de drenaje pluvial y sanitario, hacia el cercano río Ozama, con una capacidad de drenaje que supera la máxima entrada de agua que se pueda presentar en una tormenta o en un huracán”.
Un problema que se agrava
En materia de drenaje pluvial el Gran Santo Domingo está cada vez peor, a juicio de De León, debido a situaciones a las que las autoridades gubernamentales y municipales les dan la espalda.
“El Gran Santo Domingo está cada vez peor en materia de drenaje pluvial porque tenemos décadas construyendo urbanizaciones, avenidas, calles, aceras, contenes, plazas y parques, pero en ningún caso pensamos en el necesario drenaje para situaciones de tormentas que obligatoriamente debe tener cualquier área en nuevo desarrollo.
“Por eso hay inundaciones en la Núñez de Cáceres con Gustavo Mejía Ricart, en las vecindades del club Los Prados, del club Paraíso, en la Charles Summer, en Los Ríos, en Los Jardines del Norte, en La Puya de Arroyo Hondo, en Guajimía, en la Winston Churchill, en la Luperón, en los pasos a desnivel de la 27 de Febrero, estaciones del Metro, centros comerciales, urbanizaciones y parqueos soterrados”, dijo.