Todos sabemos que la comunicación eficaz resulta clave para el entendimiento y mantenimiento de buenas relaciones humanas, así como para obtener logros, paz, armonía, etc., Si bien la amonestación o boche, el sermón, la ironía, el sarcasmo, las indirectas, la burla, el querer corregir o dar lecciones, entre otros, son vicios comunes que arrastran emociones entre las cuales están la ira, la tristeza, la ansiedad, que impiden la comunicación y aumentan los malentendidos, las separaciones, las divisiones, el bajo rendimiento académico y económico, el alejamiento entre las personas y crean deserción en la escuela y en las empresas, en todo el ámbito humano más si se hacen en público, también existen otras prácticas y sesgos en determinados procesos metacognitivos que son aún más dañinos para la comunicación eficaz.

Psicólogo Clínico Hospital General de la Plaza de la Salud (HGPS)
Las creencias controlan nuestras emociones, tanto positivas como negativas, que, a su vez, dirigen nuestros comportamientos. Patrones de creencias limitantes basados en la razón, el poder o hasta en el amor mantienen emociones negativas no saludables como el resentimiento, la ira, el odio, los celos, la depresión, los sentimientos de culpa o de venganza o de castigar, de matar, etc., de modo que, de no reflexionar sobre los pensamientos que sostienen estas emociones, podemos llegar a ejecutar (y la mayoría incurrimos en ello) de forma natural, las conductas de deprimirnos, ponernos ansiosos, golpear, maltratar, matar, en general, de agresión y/o de violencia.
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Pensamientos metacogntivos como: él (ella, yo) debería, tenía, jamás, siempre, nunca…, tendencias a exagerar lo malo: es terrible, catastrófico, pésimo, horrible, insoportable, intolerable, así como los juicios y evaluaciones que hacemos sobre los demás y nosotros mismos: él (ella, yo) es malo, inútil, despreciable, traidor, mentiroso, etc. nos llevan a castigar, a vengarnos, a maltratar, a alejarnos, etc., y hasta a matar o a suicidarnos. Muchas familias y matrimonios se distancian, se separan, por odio.
Pensamientos limitantes: no seas tu enemigo
Cuando los pensamientos son racionales o lógicos podemos regular nuestras emociones, por lo cual nuestro comportamiento será más deseado y menos conflictivo, sin agresión ni violencia. Cuando los pensamientos son irracionales la forma de expresión del emisor se vuelve imperativa, da entender que el receptor debe o tiene que hacer las cosas, en cambio, en una relación de amor o familiar no es así.
Si mi esposa tiene que cocinarme no sabré si me ama o si es mi esclava; cuando una persona se integra a un trabajo voluntario, si los comunitarios lo interpretan como un deber le exigirán y criticarán ante una demora o la no solución de un problema, más si lo interpretan de manera más racional, serán tolerantes, flexibles y pacientes con ella.
Si las personas ven como actos de entrega voluntaria a las acciones y actitudes vocacionales hacia el servicio o el trabajo por la familia o por la comunidad y no como deberes o teneres, no catastrofizan lo malo o fallos, no hacer juicios o evaluaciones negativos; en consecuencia, la comunicación será más asertiva y eficaz, lo que, a su vez, se traducirá en una relación armónica, saludable, tolerante y llevadera en que los problemas cotidianos e imprevistos se resolverán progresivamente de acuerdo con su naturaleza. Es mejor que destaquemos, elogiemos, aprobemos, reconozcamos los actos desinteresados, voluntarios, por vocación, que realizan las personas. De esa manera demostramos gratitud hacia quien trabaja y hace algo en beneficio.
Preguntas frecuentes
¿Cómo actúan las personas racionales?
Las personas más racionales toleran y comprenden a quienes tienen limitaciones físicas, condiciones autistas o síndrome de Down, limitaciones intelectuales (retraso mental) o déficit, etc., y no se disgustan, ni reprochan por que no ejecuten las acciones como se debe hacer. Las personas más racionales manejan mejor la comunicación y, por ende, muestran signos de mejor salud mental.
¿Cómo manejar las emociones?
Es recomendable estar alerta de nuestras emociones negativas no saludables como ira, depresión, ansiedad, sentimientos de venganza o de culpa o de castigar o golpear o matar o de huir, etc., que en la mayoría de los casos nos llevan a comportarnos de forma indeseada. Estas emociones negativas siempre van acompañadas de esos pensamientos limitantes que, si los identificamos, podemos transformarlos en emociones positivas o, por lo menos, en emociones negativas saludables, como el arrepentimiento, la decepción, la frustración, la tristeza, el desencanto, etc. Una vez que hacemos el cambio de pensamientos irracionales o limitantes a racionales, la comunicación se hace menos demandante, menos tensa y más efectiva. La comunicación asertiva nos hace más felices.
Glosario médico
¿Qué es un pensamiento limitante?
Los pensamientos limitantes son pensamientos que adquirimos a lo largo de la vida y que funcionan interponiéndose a nuestros deseos y, como su propio nombre indica, limitando todo nuestro desarrollo potencial.
¿Cuáles son los 3 tipos de creencias limitantes?
Existen diferentes tipos de creencias limitantes que podemos categorizar en creencias limitantes de capacidad, de posibilidad o de merecimiento.