La octava edición del informe PISA, que evalúa los conocimientos que tiene el alumnado de 15 y 16 años, así como su capacidad para aplicarlos, se ha publicado este martes. Matemáticas, comprensión lectora y ciencia son las áreas más relevantes de la medición.
Esta nueva edición está influida por la pandemia que encerró al mundo en sus casas durante unos meses de 2020. De hecho, la expansión del coronavirus por el planeta es la razón por la que el informe, de periodicidad trienal, se ha publicado ahora, un año después de lo previsto.
El informe para España, hecho por el Ministerio de Educación, FP y Deportes, señala que ha habido una caída en los conocimientos de matemáticas (ocho puntos menos, en comparación con la edición anterior) y que se acentúa la tendencia a la baja en lectura, ya que se acumula un descenso de 14 puntos desde 2012. Se produce un repunte en ciencias.
Pero, ¿qué es PISA?, ¿qué entidad lo impulsa?, ¿qué objetivos persigue?, ¿cómo se hace el informe?
Contestamos a estas preguntas a continuación. La fuente de la información es el propio informe PISA para España, conocido este martes. Si desea consultarlo, pulse aquí.
¿Qué es PISA?
Es el acrónimo de Programme for International Student Assessment, en inglés. En español: Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes.
Su propósito es medir de manera sistemática lo que los jóvenes saben y son capaces de hacer al terminar Educación Secundaria Obligatoria (ESO).
De hecho, el informe se articula sobre esta pregunta esencial:
¿Qué conocimientos deberían tener los ciudadanos responsables frente a los retos de la naturaleza y la evolución de la cultura humana, y hasta qué punto podrían aplicar tales conocimientos?
Características del informe
- Relacionar los resultados del aprendizaje de los estudiantes con sus contextos familiar y escolar y con sus actitudes al respecto. Con ello se trata de identificar las diferencias en el rendimiento, pero, sobre todo, aquellos aspectos que propician que los modelos funcionen mejor.
- Interpretación del conocimiento en sus planos teórico y práctico.
- La incidencia que la asimilación de conocimiento tiene a lo largo de la vida, para lo que se tiene en cuenta la capacidad del alumnado para hacerse independiente y afrontar situaciones de la realidad cada vez más complejas, tanto en lo personal como en lo académico, e incluso, en lo laboral.
- El factor de regularidad temporal, en ciclos de tres o cuatro años.
- El grado de participación (en la edición de este año han aportado datos 37 países de la OCDE y 43 asociados; en total: 690.000 estudiantes).
La participación de España
Intervienen las 17 comunidades autónomas y las dos ciudades autónomas, y dentro de ellas, hasta 966 centros, lo que supone 30.800 estudiantes de 15 y 16 años, la mayoría en 4.º curso de la ESO (Educación Secundaria Obligatoria).
Debido al estallido de la pandemia COVID-19, la recogida de datos en campo se retrasó un año.
El Estudio Piloto, que se hace siempre durante el curso previo a la edición principal, tuvo lugar entre abril y mayo de 2021.
El Estudio Principal se desarrolló, aún con ciertas limitaciones y normativa sanitaria de emergencia (mascarillas, distancia entre puestos escolares, limpieza e higienización de los materiales, etc.), durante la primavera de 2022.
¿Qué organización impulsa el informe?
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es el promotor, al igual que los países que integran la entidad. Es, por tanto, una evaluación comparativa a escala internacional.
Comenzó a hacerse el informe en 2000, y desde entonces se han ido publicando ediciones sucesivas.
La periodicidad será trienal hasta 2025, y a partir de entonces, cuatrienal.
¿Cómo se hacen las pruebas?
Para esta edición, la competencia central ha sido matemáticas, y secundarias han sido lectura y ciencias.
A estas tres se ha añadido una cuarta, que va cambiando según la edición y que en esta ocasión ha sido pensamiento creativo. La quinta, opcional, ha sido la llamada competencia financiera.
Las pruebas a cada alumno/a son digitales, hechas en ordenadores portátiles.
Tienen que hacer una prueba cognitiva, para la que disponen de dos horas. Se estructura en dos partes: una primera que combina dos de las competencias a evaluar y una segunda que evalúa la competencia opcional con otra de las cuatro obligatorias.
Luego, el alumnado ha de cumplimentar cuestionarios de contexto, para lo que cuentan con una hora.
Esta fase mide la familiaridad con las TIC, su bienestar, si hacen actividades extraescolares y cuáles, y además se incluyen preguntas generales sobre sus entornos familiar, escolar y académico.