El secuestro de un diplomático dominicano y un autobús con 17 pasajeros en Haití, en apenas una semana, es una señal más que preocupante sobre los riesgos que afronta la República Dominicana con el terror que imponen grupos delictivos en el vecino país.
Esas bandas azotan a la población con secuestros, asesinatos, asaltos y violaciones, sin que ninguna autoridad pueda detenerlos, y menos en medio de una inestabilidad política que se recrudeció con el asesinato del presidente Jovenel Moise en julio de 2021.
El viernes 29 de abril fue secuestrado por la banda 400 Mawazo Carlos Guillén Tatis, consejero agrícola de la embajada dominicana en Haití. La acción contra el diplomático, que posteriormente fue liberado, se produjo en la comuna Croix-des Bouquets, que es controlada por la referida banda que, hasta el momento, es la que tiene más poder.
El domingo 8 de este mes el mismo grupo delictivo secuestró a 17 personas que se trasladaban hacia Puerto Príncipe, la capital haitiana, en un autobús de la compañía Metro. Entre los secuestrados hay ocho cooperantes turcos, ocho haitianos, y el chofer, que es dominicano.
En la medida que se vuelvan cada vez más recurrentes esas acciones contra intereses dominicanos, mayor será el reto de las autoridades locales para reforzar la seguridad en la frontera y evitar que el desplazamiento de esos grupos traspase las líneas de su territorio.
Si bien el Estado dominicano desde hace años ha desplegado y fortalecido un amplio dispositivo de vigilancia fronteriza, inclusive ahora se le da continuidad a la construcción de un muro que se levantó en el gobierno de Danilo Medina, las condiciones geográficas de la zona permiten el fácil desplazamiento hacia territorio dominicano.
De hecho, el pasado tres de mayo, Radio Télé Metronome reportó en su cuenta de Twitter que tres presuntos delincuentes fueron asesinados en la comisaría de Anse-á-Pitre por residentes de ese poblado que está a 2.5 kilómetros de distancia de Pedernales, en el suroeste del país.
En ese sentido tienen mérito los temores de algunos sobre la posibilidad de que células de esos grupos se instalen en el país.
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Aumentan secuestros
Según informaciones recientes del Gobierno haitiano, las principales bandas que operan en su territorio son “400 Mawozo”, “G9 et alies”, “Baz Pilat” y “Nan Ti bwa”, y de estas se desprenden 162 grupos armados en todo el país, cuyo principal centro de operación es Puerto Príncipe.
Un informe del Centro de Investigación y Análisis de Derechos Humanos (CARDH) indica que en el primer trimestre de este año los referidos grupos delictivos secuestraron 225 personas, lo que representa un aumento de un 58.45% con respecto a igual período de 2021, cuando se produjeron 142.
Las víctimas escogidas por las bandas entran en las categorías de médicos, abogados, profesores, empleados de la administración pública, estudiantes, policías, pequeños comerciantes, y menores de edad hijos de trabajadores informales, según explica la entidad de la sociedad civil haitiana.
La CARDH señala además que los miembros de las pandillas operan con gran facilidad, porque las víctimas son secuestradas en sus casas, oficinas, y en carreteras donde paradójicamente hay presencia policial constante.
Los raptos y sus vínculos con la política
Según el informe de la CARDH, hay determinados períodos de incremento de los secuestros que coinciden con crisis políticas. Entre esos cita el período 2004-2006, dos años en que los secuestros tuvieron cifras extraordinarias, en medio de una lucha política por el retorno al poder del depuesto presidente Jean Bertrad Aristide, quien fue víctima de un golpe de Estado en 2004.
De 2019 al 2020 se produce una situación similar a la referida, por la crisis política generada por los enfrentamientos entre la oposición, el Gobierno del presidente Moise y el Partido Haitiano Ték Kale, al cual pertenecía el fenecido mandatario.
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Lucha entre bandas
Los residentes en Puerto Príncipe también están sometidos a la violencia provocada por el enfrentamiento entre las bandas. Según un reporte de Radio Télé Metronome, la Policía no tiene capacidad para detener las luchas entre las pandillas 400 Mowozo y Chen Mechan, por lo que la población abandona sus casas para no ser víctima de esos conflictos.
En ese sentido, el medio informativo plantea que, luego de la extradición a Estados Unidos de uno de los líderes de la banda 400 Mawozo, Germine Joly, por contrabando de armas y secuestro de 17 estadounidenses, la comunidad Croix-des-Bouquetes vive inmersa en una fuerte tensión porque la referida banda ha invadido el territorio de Chen Mechan.
Las ráfagas de disparos con armas automáticas son constantes en el citado sector capitalino.