París. Presuntas víctimas de abusos por parte de un cura de la diócesis de Lyon, en el sur de Francia, escribieron hoy una carta al papa Francisco para solicitarle una audiencia privada en el Vaticano y explicaciones sobre la gestión de ese caso, que ha salpicado también a un cardenal francés.
Los firmantes, agrupados en la asociación La Parole Liberée, se presentan como víctimas del “cura pederasta Bernard Preynat” y destacan que “mucha gente fue cómplice por su comportamiento y su silencio en los años setenta». El diario “Le Parisien” publicó hoy extractos de esa misiva y recordó que la polémica en la diócesis lionesa afecta a ese sacerdote, que en los años 90 fue trasladado de parroquia para evitar el escándalo, y también al arzobispo de Lyon, el cardenal Philippe Barbarin, denunciado por encubrimiento.
El primero, de 71 años, fue imputado el pasado enero por presunta agresión sexual, mientras que el segundo es objeto de una investigación judicial por ausencia de denuncia y puesta en peligro de la vida ajena. “Tenemos la impresión de que nuestra petición de verdad avergüenza y de que la palabra no es bienvenida”, dicen los tres firmantes, que piden al Papa que dedique tiempo para conocerles y les ayude a “entender” cómo un sacerdote del que se conocía su comportamiento pudo estar en activo hasta el pasado agosto.
Las tres presuntas víctimas, según “Le Parisien”, quieren saber por qué el arzobispo no le relegó antes, pese a que estaba informado desde 2007, y por qué tardó seis meses en aplicar la sanción dictada en Roma, que le prohibió el contacto con niños. “Al encerrarse en el silencio, nuestro cardenal ha perdido toda credibilidad.
Esa es la razón de que hagamos hoy un llamamiento al papa Francisco, que tiene nuestra confianza. Para nosotros, es la referencia moral suprema”, dice al diario uno de esos tres remitentes, Bertrand Virieux, cardiólogo de profesión.