Es mucho lo que se ha criticado, y con justa razón, que los miembros de la Policía Nacional no apliquen el protocolo que manda el Código Procesal Penal y la propia ley de la institución para apresar a una persona, razón por la que incurren en excesos que violentan los derechos de los ciudadanos haciendo uso innecesario de la fuerza.
Pero también hay que decir, porque es la verdad, que con protocolo o sin protocolo hay ciudadanos que se rebelan contra la autoridad, sobre todo cuando se trata de asuntos de tránsito y están involucrados motoristas, chivos sin ley que no respetan nada ni a nadie. Y si ese ciudadano encuentra un padrino que lo apoya la cosa se complica, sobre todo si es un político que al igual que el motorista cree que está por encima de la ley. Acaba de ocurrir en el distrito municipal El Aguacate, en Arenoso, provincia Duarte, donde su alcalde resultó herido de bala en el abdomen cuando forcejeaba con un agente de la Digesett, tratando de impedir que este apresara a un ciudadano que lo insultó cuando trató de fiscalizarlo.
Le puede interesar: Mea culpa
Por suerte el ejecutivo municipal ya está fuera de peligro luego de ser intervenido en un centro de salud, y ojalá haya aprendido que forcejear con un hombre armado puede costarle la vida, además de que no es parte de sus funciones como alcalde obstruir el ejercicio de la autoridad de un agente de la Digesett que además es policía.
Lamentablemente políticos que han ganado cargos electivos creen que entre sus poderes y facultades está impedir que apresen a uno de sus seguidores que violó la ley o sacar de la cárcel a un detenido contra el que se presentó una querella, como vimos hacer al senador de Monte Cristi en un video que se hizo viral; pero no ha sido el único, como tampoco será el último el alcalde del municipio El Aguacate.
Moraleja: para los políticos dominicanos no hay protocolo que norme su comportamiento, pero si lo hubiera estoy seguro de que, al igual que los policías, tampoco lo aplicarían.