¡Que hablen los médicos!

¡Que hablen los médicos!

José Miguel Gómez,

6A El Pais 27 2p01


Con asistencia eficiente, mujer llega a aceptar, a amar a la criatura

La familia, la sociedad y el Estado serán esenciales en bienestar de madre e hijo

Claro que un embarazo por violación es traumático, doloroso, pero ahí es cuando el profesional de la salud mental debe intervenir, porque con su ayuda, la de sus seres amados y del sistema de salud ese ser humano logra sanar y aceptar al niño y ambos tener una vida sana en todos los órdenes. El psiquiatra Jacobo Fernández destaca la relevancia de un buen acompañamiento terapéutico, familiar y estatal.

Plantea que un aborto agravaría más el daño y que incluso estudios consignan que preservar el embarazo disminuye las tasas de suicidio y depresión.

Por esto aborda el tema desde una dinámica multidisciplinaria, que intevengan todos los actores competentes, pues su respaldo es esencial en la superación del cuadro generado por la violación y el embarazo que ha dejado.

Sostiene que al acto de abortar proseguirán muchas preguntas que afectan la salud emocional y hasta física y que aún años después quedarían sentimientos como ansiedad, estrés, ira y los embarazos posteriores podrían estar afectados por esa decisión.
Todo esto surgiría sin importar las circunstancias que rodearon la gestación, que puede ser tan terrible como cuando el autor es el propio padre.

¿Qué hacer si tiene la criatura? Fernández está consciente de que esa es una ardua labor, que requiere tiempo y en la que lo principal será trabajar con la familia, reducir los enjuiciamientos, las críticas, enseñar empatía, fomentar la comprensión social.

En cuanto al Estado, le toca reforzar sus políticas de salud mental, de acompañamiento integral, de planes de asistencia social, que esa persona reciba el apoyo que necesita. Invertir en programas que culminen en su sana integración a la sociedad.

Las unidades de higiene mental de los hospitales deben intervenir desde la concepción. Aquí el seguimiento será prioritario. Fernández aclara que una cuestión es llevar el embarazo con sosiego y otra asimilar a la criatura, por lo que serán dos situaciones a manejar. Por esto, lo primero es lograr una gestación adecuada, eliminar ansiedades.


Es fundamental trabajar desde el momento de la violación, que las mujeres y niñas sientan el apoyo para denunciar desde que ocurra. Indica que la causa del sufrimiento principal es esa atrocidad y que aunque no es posible cambiarla, sí curar las heridas.

Salud mental del niño Fernández está seguro de que si ese pequeño es asumido con entrega, con dedicación a cuidar sus emociones, será un ente asertivo. Su estabilidad dependerá sobre todo de cuan sana esté la madre.
Por esto insiste en el respaldo del hogar, en servicios de salud integrales, acompañamiento adecuado, oportuno.

Asegura que por fortuna los casos de padres que embarazan hijas son muy casuales y aunque es horrible, es posible que ese niño tenga una salud mental apta, pero igual puede haber trastorno genético por la cercanía familiar. Por esto necesita disposición de los que le rodean y de las instituciones que velan por la niñez.

Sanciones firmes. Otro punto estratégico es el cumplimiento real de las penas contra los perpetradores de estos crímenes, para lo que es definitivo un Estado cumplidor de las leyes y esforzado en disminuir los índices de violación sexual contra mujeres y niñas.

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José Miguel Gómez, psiquiatra, durante una entrevista en el su Consultorio en el Hospital, Clínica Gacue en Santo Domingo Republica Dominicana. 20 de febrero del 2012. Foto Pedro Sosa

Embarazada por violación requiere respeto y apoyo total

Gestante no debe recibir la más minima presión para tener el niño ni para abortarlo

Una mujer que concibe por violación necesitará asistencia que garantice su salud física y emocional, sin importar lo que determine sobre ese embarazo. Esto es cardinal para el siquiatra José Miguel Gómez Montero.

Entre las cuestiones que insta a tener claras en este viacrucis es que como ente, como ser humano, esa persona es merecedora de respeto y necesita preservar su dignidad.
Es fundamental la manera en la que enfrentará la situación, sea cual sea la elección que haga y los que la rodean deben evitar juzgarla. Es lógico que el dolor será más grande si el violador es cercano, como el propio padre.

Plantea que el soporte en salud mental le ayudará a mantener el equilibrio y le dará herramientas para superar más rápido el dolor. Lo mismo si tiene al niño podrá manejar su crianza en mayor sanidad con soporte familiar, social y estatal.

Consciente como especialista de que cada caso es particular, Gómez Montero indica que los síntomas de esta víctima van desde ira, ansiedad, depresión, angustia, sobre todo porque estaría dividida entre la rabia contra el violador y la consideración a la criatura que lleva en el vientre y a la que pese a todo lo que rodeó ese embarazo podría aceptar.

Por esta razón es por la que cataloga fundamental el respaldo, el respeto al libre albedrío, porque igual su situación podría conllevar rechazo a esa criatura.
“Las cosas no son absolutas, las reacciones frente a casos así varían según la víctima y los factores que la rodeen”, explica.

Cómo ayudar. Hay muchos fac tores complejos, individuales valorados a la hora de asistir a una mujer víctima de violación o de agresión sexual. Por esto, Gómez Montero exhorta empatía emocional para entender los traumas desde la mirada del otro, acompañamiento sin prejuicios, sin tabúes, acoso o juzgamiento social.
Serán vitales los recursos emocionales, sicológicos y sociales con los que cuenta la persona para superar sus traumas.

¿Si aborta sufriría más o menos? A la bioética y a lo ético nunca hay que plantearle posiciones verticales y cerradas como que si lo tiene provoca una causa y si no lo tiene otra, lo que importa es el apoyo. Por esto la importancia para este médico de un buen acompañamiento y sobre todo evitar las presiones de ningún tipo.

¿Puede tener una vida normal un niño fruto de violación? En cuanto a la salud emocional de la criatura, Gómez Montero afirma que dependerá del modo en el que la familia y el entorno actúen, porque todos los infantes que viven en circunstancias especiales pueden sufrir situaciones que afecten su salud emocional.

“Influirá el tipo de familia, las condiciones emocionales de los padres, de los abuelos, tíos… el apego y afectividad en las etapas del desarrollo temprano, el no rechazarlo o discriminarlo, no compararlo, no darle un trato desigual, de todo eso dependerá el equilibrio emocional y la estabilidad sicológico, afectivo y sexual de ese niño o niña”.

Aclara que eso no es exclusivo de infantes concebidos por violación, ya que todos los menores víctimas de una dinámica de familia traumática de cualquier índole tendrán debilidades en el plano afectivo, sexual, emocional, el apego, el vínculo y el sentido de pertenencia.
Por esto, lo más importante es lograr su estabilidad integral.

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