Policías contra policías.- Los que se niegan a creer que la Policía Nacional pueda cambiar gracias al milagro de una reforma dirán, con inocultable sarcasmo, que se trata de un paso de avance en su persecución del crimen y los criminales, que además permite que la ciudadanía se involucre y pueda ganarse un dinerito extra con su colaboración. Estoy hablando de las recompensas de RD$300 mil y RD$200 mil para quienes aporten información que permita ubicar y capturar a dos exmiembros de la institución que se encuentran prófugos acusados de homicidios.

Se trata de Juan Luis Jimenes Adames, perseguido por el homicidio de su expareja y su suegra, a quien la institución describe como armado y peligroso, lo que para cualquiera que sepa leer entrelíneas la jerga policial significa que el perseguido debe arreglar sus papeles porque probablemente le verá pronto la cara a San Pedro. El otro miembro de la institución que se encuentra prófugo es Angel Manuel Feliz Vargas, acusado de estar implicado en el asesinato del segundo teniente Ramón Antonio Cabrera Ferrer durante un supuesto asalto en el barrio María Auxiliadora.

Cuando le comenté a un colega conocido por su humor ácido la novedad de que la Policía piensa gastar medio millón de pesos para la captura de dos de sus miembros, a los que de manera automática se les colocó el prefijo de “ex” desde que se conoció de los delitos por los que se les persigue, se limitó a sonreír, para luego decirme, con brutal cinismo, que sale mas barato cerrar esos expedientes con sendos intercambios de disparos y no hay que gastar un solo centavo en recompensas.

Pero cuando le pregunté porqué pensaba que las cosas terminarían tan mal si se trata de dos excompañeros de armas, me respondió con la brevedad del que no necesita muchas palabras para hacerse entender: “porque los muertos no hablan, y esos dos saben demasiado”. Y por la manera en que lo dijo, no supe –ni lo sé todavía– si eso también era parte del choteo o hablaba en serio.