¿Qué se dice? De bagatelas, chelitos y políticos

¿Qué se dice? De bagatelas, chelitos y políticos

Claudio Acosta

Nuestros políticos son como son, eso no tiene componte ni remedio, pero cada vez que, como en esta ocasión, quieren hacer de las suyas, estamos obligados a reprobar su comportamiento y hacérselo saber a nuestra clase política, que con mas frecuencia de lo que fuera deseable antepone sus intereses y los de sus bolsillos a los de la sociedad a la que debe servir. Y aunque en este caso se podría decir que, en términos económicos, estamos hablando de una bagatela, lo que cuenta, como dice la conocida expresión, es la intención.

Por eso quiero que pongamos nuestras miradas sobre la denuncia del director de la Junta Distrital de Hato del Yaque, en la provincia Santiago, de que el presupuesto de este año, que ya agotó su primer mes, no ha podido ser aprobado porque supuestamente se oponen cuatro de los cinco vocales que integran el Concejo, quienes para dar su voto favorable estarían exigiendo que primero se les aumente el sueldo de 40 a 60 mil pesos mensuales. Fermín Noesí dijo en la rueda de prensa que convocó para hacer la denuncia que ha hecho todos los esfuerzos necesarios para aprobar el presupuesto, pero se ha encontrado con la resistencia de los ediles, dos de los cuales pertenecen al oficialista PRM y los otros dos al PLD, que se han puesto de acuerdo, por encima de diferencias partidarias, para boicotearlo.

Desde aquí no tengo dudas de que finalmente se saldrán con las suyas, que la mayoría se impondrá, aunque eso signifique afectar la calidad de los servicios que reciben los munícipes de Hato del Yaque, que deberán ser sacrificados para que esa Junta Distrital pueda operar, así sea mínimamente, con un presupuesto menguado. Es muy probable que, por tratarse tan solo de “chelitos”, la denuncia sea recibida con indiferencia por ”las autoridades competentes” y la sociedad en sentido general, que ya está curada de espanto luego de ver cómo la corrupción peledeísta se llevó entre las uñas miles de millones de pesos y no quebró el país ni se hundió la isla.

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