Recordando a María en Fátima

Recordando a María en Fátima

Leonor Asilis

Se celebra un año más del 13 de mayo un año más de la aparición de nuestra Madre en el año 1917.

En esa ocasión, como en muchas otras, la Virgen María madre de Jesús y también de nosotros por voluntad expresa de Él desde la cruz no cesa de recordarnos la importancia de nuestra conversión para nuestra salvación, y nos invita a orar junto a Ella meditando los misterios de nuestro Señor Jesús para edificación y concientización de nuestra conducta y a la vez logrando su mediación ante su Hijo.

Hagamos un recorrido por los misterios gozosos.  Veamos el primero: «La Anunciación».  Este misterio nos recuerda cuando la Virgen María recibió la invitación de Dios Padre a través del Ángel Gabriel para ser la madre de su Hijo. 

Me imagino la sorpresa tan impactante que habrá recibido la joven María con esa visión con la propuesta  única e inigualable que jamás haya existido ni existirá en toda la humanidad, de  aceptar concebir en su vientre al mismo creador hecho hombre,   Dios dentro de Ella.

 Además, ¿cómo asimilar en aquella cultura la gravedad y vulnerabilidad que implicaba  ser una madre soltera en esa época y en ese pueblo?

 Todo esto y mucho más vivió la joven María. Su valentía en aceptar, usando su libertad para la salvación del mundo.

Me hubiese encantado meditar con ustedes el resto de los misterios, pero por razones de espacio tendré que detenerme aquí.

 Asimismo, trataré con la ayuda de Dios de valerme de este primer misterio para hilvanar en su gracia esa misma invitación que le hicieron a Ella y que Ella a su vez  nos hace a nosotros para dar el Sí a su Hijo y llevarlo a El en nuestros corazones. 

Al llevarnos de Ella la Paz  que solo Dios puede dar anidará en nosotros y se reflejará tanto en el exterior que los demás  podran reconocerlo, amarlo, seguirlo y servirlo.

A Jesús por María.

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