El 30 de junio de este año publique en este periódico el artículo: “¿Qué se ha logrado con el 4% del PIB para educación?”, ahora que fue destituido del Ministerio el Dr. Roberto Furcal, por lo demás jefe de campaña del presidente Luis Abinader en 2016 y 2020, precedido de una serie de escándalos, bien vale la pena preguntarse si esta sociedad, la misma que reclamó la aplicación de la ley de 4% del PIB a la educación, debe asumir un papel más protagónico en la defensa del uso de esos recursos.
En 2013, primer año del 4% del PIB, de acuerdo a los presupuestos ejecutados, el Ministerio de Educación recibió la suma de RD$95 mil millones, en 2021 ascendió a RD$199 mil millones y entre 2013 y 2021 la astronómica suma de RD$1.2 billones, y para este año la asignación contemplada es de RD$231 mil millones. En promedio el Ministerio de Educación recibió el 21.76% del gasto total, ente 2013 y 2021.
¿Qué se ha logrado con la aplicación del 4 por ciento del PIB?
En la llamada “Revolución Educativa” la construcción de miles de aulas, simultáneamente el deterioro de las existentes; la Tanda Extendida fue un programa social alimenticio para los alumnos ya que esas horas adicionales carecían de contenido curricular y las presentes autoridades, un tanto excusadas por la pandemia, miles de millones gastados en clases al través de la radio y la televisión en tabletas cuya utilización en los hogares de los estudiantes es muy difícil debido a la carencia de internet y los apagones.
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Aun así el Dr. Fulcar, el día anterior a ser destituido, proclamó que “el nuevo modelo de educación” había sido tan exitoso que las pruebas nacionales habían presentado un porcentaje de estudiantes aprobados mayor al último año que se aplicaron; cuando la realidad es que estas fueron recortadas, adaptadas a lo poco que aprendieron los estudiantes. Ni hubo “Revolución Educativa” ni “Nuevo Modelo de Educación”.
Lo que si abundaron fueron las denuncias sobre esa gestión, como las tabletas que aún no han llegado al país, los famosos libros digitales, con una inversión de RD$1,800 millones, donde empresas reconocidas tuvieron que apadrinarse o asociarse con una empresa desconocida cuyo propietario del 49% de las acciones era un chofer que declaró desconocer esa operación y las licitaciones anuladas por la Dirección de Compras y Contrataciones entre otras irregularidades.
La destitución de Fulcar es la admisión del fracaso de su gestión y de paso el fracaso de este gobierno en un área vital para la formación de los jóvenes que deberán competir en la 4ª Revolución Industrial.
Esta sociedad no debe permanecer pasiva y exigir cuentas del uso de ese 4% del PIB y exigir un plan, pacto si lo quieren llamar, que nos garantice esa inversión se transformará en una sostenible mejoría de la calidad de la educación que es la vía para eliminar la inequidad frente a los que pueden estudiar en el sector privado…
Le quedan dos años a este Gobierno para enderezar el rumbo del Ministerio y poder mostrar resultados cuando la voluntad popular se exprese en mayo de 2024.
Entretanto, ¿Dónde están las banderas amarillas y los que marcharon a favor del 4% del PIB?