El Partido Comunista de China –PCCh– ha convocado para el 16 de octubre la celebración del XX Congreso, momento cumbre dentro del sistema político chino que se celebra cada cinco años, en el que se elige, o ratifica, la directiva partidaria expresada en el secretario general, Comité Central, Buró Político y su Comité Permanente. Aunque la convocatoria oficial se acaba de informar, no se llega al Congreso de manera imprevista. Han transcurrido largos meses de preparación en los que se eligieron los delegados al mismo, procedentes de secciones de base de todo el país. Se distribuyeron para análisis los documentos contenti vos tanto de los procedimientos internos como de los objetivos socio-económicos, políticos e internacionales que habrá de hacer suyos el Gobierno central. Se da por descontado que Xi Jinping será ratificado como líder del partido lo que igualmente lo confirmaría al frente del Estado. Después de la muerte de Mao se hizo práctica que los dirigentes del partido se mantuvieran por dos periodos consecutivos de cinco años cada uno, pero, hace un año, el Comité Central definió a Xi como un líder de la estatura del fundador del PCCh y de la República Popular y de Deng Xiaoping, el gran reformador de la sociedad china y arquitecto inicial del poderoso resurgimiento de la nación China. Xi, sin dudas, ha asumido el rol histórico de impulsar al país hacia la construcción de un Estado socialista moderno basado en su pensamiento y centrado en las acciones que conduzcan a elevar las condiciones de vida del pueblo en el marco de una sociedad “modestamente acomodada”. En 40 años de impresionante progreso, se ha creado una clase media de mas de 850 millones de individuos y se ha erradicado la pobreza extrema.

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Hay dos referentes para medir la ejecución de Xi Jinping al frente del partido y del Estado: el nivel de aceptación popular que arrojan encuestas publicadas en Occidente y, el otro, la irritación que provoca en quienes adversan a China y quisieran verla paralizada y sumisa.

El XX Congreso proyectará el plan de desarrollo para cinco años como paso para lo que el partido se ha fijado como estrategia para conmemorar los 100 años de la proclamación de la República Popular en 2049. Xi ha planteado el compromiso de que el Congreso contribuirá a escribir un “capítulo completamente nuevo” para el rejuvenecimiento de la nación y que confirmará la determinación de forjar la unidad integral del país.