Figuras de yeso. El acervo escultórico de La Catedral incluye numerosas figuras de yeso y metales de principios del siglo XX. Parte de este legado será exhibido al público a mediados de enero de 2009.
La tarea es minuciosa, delicada. Requiere de mucho conocimiento, dedicación, cuidado y una dosis de paciencia. Pinturas, dibujos, esculturas de yeso y madera, vitrales, mobiliario. Allí hay muchos años de historia.
Los trabajos de catalogación de los bienes muebles de la Catedral de Santo Domingo Primada de América avanzan. Adicionalmente, los responsables de la catalogación recopilan y actualizan informaciones en torno a los fondos catedralicios, y se propone suplir la documentación de las piezas susceptibles de ser incorporadas a las exposiciones del Museo de la Catedral.
El acervo escultórico incluye un buen número de figuras de yeso, de principios del siglo XX y manufactura seriada, varias de ellas de indiscutible belleza, destacándose especialmente los ángeles candelabros, los ángeles dorados y los ángeles con veneras para agua bendita, junto a las piezas de San Rafael y San Gabriel, de hermosos ropajes.
La catalogación ha contemplado las piezas localizadas en el templo Nuestra Señora de la Encarnación, así como también en el Arzobispado de Santo Domingo y para la misma se han considerado pinturas, dibujos, esculturas, vitrales y mobiliario.
Myrna Guerrero, entusiasta, vive cada momento de este proceso. El trabajo de catalogación de los bienes muebles de la Catedral de Santo Domingo Primada de América es coordinado por la Unidad ejecutora del Proyecto Museo de la Catedral, bajo la responsabilidad del arquitecto Eugenio Pérez Montás.
El equipo de trabajo lo conforman María Ugarte, una leyenda viviente, Montserrat Prat y Myrna Guerrero, para la documentación de las piezas. Onorio Montás, veterano fotógrafo que echó dientes trabajando en las ruinas y monumentos del Polígono de la Catedral, es el responsable de las fotografías.
Myrna Guerrero es secretaria general de la Asociación Dominicana de Críticos de Arte (ADCA) y miembro del Consejo de Administración de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA).
Guerrero explica que concomitantemente al proceso de catalogación, se desarrolla un amplio programa de conservación y restauración de estos bienes. Estas labores están a cargo Nora Pérez Ornes, José Miura y Antonio González Duche. Los restauradores, en algunos casos han limpiado y en otros han realizado intervenciones de diferente envergadura a fin de garantizar la conservación y condiciones de exhibición óptimas de estos fondos.
Todo el equipo muestra entusiasmo y dedicación. Trabajan y se prepara la exposición de obras de artes del Museo de la Catedral, que mostrará la selección de las piezas más significativas del acervo restaurado.
Esta exhibición es la actividad previa a la apertura del Museo de la Catedral, donde la Iglesia mostrará parte de su tesoro acumulado en casi 500 años. Se espera que miles de turistas que vengan al país y visiten la Ciudad Colonial tengan la oportunidad de observar piezas de valor artístico e histórico relacionadas con la vida eclesiástica dominicana.
Pinturas y esculturas. Guerrero afirma que si bien es cierto que tanto en pintura como en escultura la mayoría de las piezas más relevantes forman ya parte integral del templo (integradas a retablos, ventanas, capillas, etc.) y, por ende, con ellos se mantendrán en la Catedral, el estudio de estos fondos nos ha desvelado que también existe una colección artística de calidad, conformada a través de los años.
En ella, según Guerrero, se incluyen buenos exponentes de pintura colonial de las escuelas de Lima, Cuzco y Quito. Muchas piezas han sido donadas hace varios años por el pintor Tito Cánepa, junto a una colección de retratos de los obispos que han estado al frente de la Catedral de Santo Domingo desde sus inicios, que conforman un conjunto pictórico de grandes atractivos. Entre todos se destacan el retrato del Arzobispo Portes, posiblemente de Luis Desangles.
Una de las piezas más significativas es el cuadro de la Virgen de La Altagracia del siglo XVII, obra inspirada en la de Higüey, pero sin manto ni corona, cabellos negros y halo de destellos dorados. Otras tres versiones de esta virgen realizadas en 1941 por José Vela Zanetti, en 1946 por un autor desconocido y en 1974 por Julio Llort, se encuentran en esta colección. Una hermosa Purísima e Inmaculada Concepción de los siglos XVII-XVIII donada por el Papa Pío IX al Arzobispo Portes y la Virgen de la Evangelización donada por su santidad Juan Pablo II al cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, nos traducen el aprecio de la curia romana por la catedral de Santo Domingo.
Virgen del Niño. Guerrero refiere que junto a las esculturas de retablos como la Virgen con el Niño conocida como Nuestra Señora de la Encarnación del Retablo de las Doce Columnas, el San Norberto del Retablo de la Santa Reliquia y el Jesús atado a la columna del siglo XVII, se destacan entre las esculturas en madera el Cristo de la Agonía del siglo XVIII, un San José del siglo XVIII, un hermoso San Miguel Arcángel de finales del siglo XVI y varios santos de vestir de expresivos rostros y manos los cuales, una vez ataviados con sus ropajes correspondientes, se transformarán en piezas de gran potencial museográfico.
Hace mención especial del conjunto escultórico de veinte piezas de madera, tamaño natural, que conforman el Pesebre realizado Antonio Prats Ventós, donde cada una de las veinte figuras es en sí misma un canto a la forma y al color. Este Pesebre, junto a la Cruz Mariana en bronce, trabajo del artista austríaco Ernst Haupt Stummer, un Cristo Crucificado de Ramiro Matos y los vitrales de José Rincón Mora constituyen ejemplos del arte sacro contemporáneo en los fondos catedralicios.
Mobiliario. En la catalogación de bienes se encuentran barandas con decoraciones góticas y piezas extraordinarias como el trono arzobispal y la sillería, magníficos ejemplos del plateresco, probablemente los muebles coloniales más antiguos del patrimonio nacional.
Myrna Guerrero menciona, además, un estupendo púlpito barroco tallado de base a tope y de un facistol bien conservado y coronado con un exquisito crucifijo tallado en marfil, único en el país. La sacristía cuenta con un gavetero de 1697, de hermosas decoraciones talladas semejantes a las del púlpito antes señalado y varios armarios centenarios.
La variedad y riqueza de los muebles de asiento que encontramos en nuestra Catedral nos ofrecen un buen panorama del mueble dominicano conformado por un repertorio que incluye desde bancos de varias épocas, muebles destinados al uso del cuerpo consular con respaldo en pajilla, sillones fraileros, sofás y sillas diversas.
La directiva de ADCA comento que en el Arzobispado todavía se conservan el escritorio y sillón de monseñor Nouel, así como los bienes que pertenecieron al cardenal Octavio Beras, junto a un buen número de sillas de oficina de diferentes años, incluyendo varias sillas giratorias de gran atractivo. También encontramos algunos muebles domésticos de interesante factura, entre ellos juegos de sala, mesas y sillones que testimonian la calidad de la ebanistería local.