A nadie debería sorprenderle la decisión tomada por el presidente de la República, Luis Abinader Corona, publicada en los medios de comunicación, donde da a conocer su voluntad de optar por un segundo mandato electoral en las próximas elecciones a celebrarse en el mes de mayo, 2024, acorde con lo dispuesto en la Constitución.
Independientemente del agrado o desagrado que pueda o haya podido provocar entre sus seguidores -adeptos y opositores- lo cierto y no discutible es que su actual desempeño como presidente de la república le confiere el derecho que le asiste para que el pueblo, llegado el momento prescrito por la ley, libre y voluntariamente evalúe y sepa apreciar, en término positivo o negativo, su firme decisión acorde con su juicio y preferencia política.
Hace no mucho tiempo, regresando con parte de la familia a la capital después de permanecer una agradable fin de semana en Punta Cana con Elka, nuestra hija mayor para distraerme del tedio que significa transitar el largo trayecto de llegar a casa para reposar, por lo que me dispuse contar y anotar desde mi vehículo la apreciable cantidad de afiches y anuncios colocados al margen de la carretera hasta arribar cerca de Boca Chica decido a cerrar los ojos y descansar.
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Había quedado algo más que sorprendido al ir anotando no menos de unos 24 afiches promoviendo la candidatura de Abel Martínez como próximo presidente de la república, respaldado por su Partido de Liberación Dominicano (PLD) y unas 5 o 6 pequeñas proclamas a favor de la permanencia en el poder del presidente Abinader y aparte de algunos galimatías propios de personas desconocidas.
Nada de extraño tiene el hecho de que Abinader, como tantos otros presidentes, pretenda relegirse. Es lo más natural y, a decir verdad, cabe rechazar la peregrina idea de que las fallas que haya cometido o que le atribuyen cometer siendo un ser humano, descalifique su nueva postulación como pretende. Nadie es puro y ni santo. En su corto discurso (2 minutos 24 segundos) el Señor presidente dijo todo lo que tenía que decir con palabras admonitorias. Cito. “Quiero continuar con mayor honestidad en la política, porque no es momento de retroceder; porque todavía hay desafíos que enfrentar, oportunidades para aprovechar y cambios por realizar.” Bastaría entonces echar una mirada atrás a los recién pasados gobiernos del PLD (Danilo Medina-Leonel Fernández) y el nuevo partido Fuerza del Pueblo, para no desviarnos del recto camino.
Con firme determinación de seguir superando las adversidades, Abinader se compromete cuando afirma: “Después de una profunda reflexión, entendí que mi país está por encima de mi tranquilidad familiar o personal… Quiero que sigamos construyendo sobre los logros que hemos alcanzado juntos, trabajando con el mismo entusiasmo e intensidad de siempre. ¡Sigamos creyendo en el poder de la honestidad!.” ¡Que así sea!