Doctor Francisco De la Rosa
Especialista en medicina física y rehabilitación del Departamento de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital de la Plaza de la Salud
Como especialista en medicina física y rehabilitación, es necesario manejar en todos nuestros pacientes los efectos del desacondicionamiento físico y del desentrenamiento. Lo vemos a diario en pacientes que tienen condiciones médicas que alteran el nivel de actividad física que pueden realizar (por ejemplo hospitalización prolongada, postoperatorios, enfermedades crónicas no transmisibles o enfermedades reumáticas crónicas, entre otros). Entnces los servicios del equipo multidisciplinario de rehabilitación son requeridos para la evaluación, prevención y tratamiento de los efectos nocivos de dicha limitación.
En el caso específico del confinamiento por la pandemia de COVID-19, la población general ha tenido un descenso abrupto del nivel de actividad física y de aquel ejercicio destinado al acondicionamiento físico de forma específica.
Una de las recomendaciones más puntuales de la Organización Mundial de la Salud y de los organismos deportivos internacionales, a través de sus comisiones médicas, ha sido mantenerse realizando algún tipo de actividad física en casa para combatir los efectos del desacondicionamiento; también se valida el efecto beneficioso que puede tener el ejercicio regular en la respuesta inmune. Lo difícil para el cumplimiento de la medida ha sido la particularidad de cada individuo en cuanto a la disponibilidad de equipos en casa, la asesoría del personal certificado y el apego al programa de ejercicios. Así mismo, en el proceso de desescalada en los diferentes países, las normativas de cada país sobre actividad al aire libre también han jugado un rol importante.
La aptitud física se refiere a la capacidad que tiene un individuo para realizar actividad física. De forma gruesa, es necesario mencionar los diferentes elementos que la conforman, como la la fuerza y resistencia muscular, la capacidad cardiorrespiratoria, la flexibilidad y la velocidad, entre otros aspectos que permiten evaluar de forma detallada qué tan apta esta una persona en un momento dado para realizar actividad física. La mala noticia es que estos elementos, particularmente la fuerza y la resistencia, se ganan con tiempo y esfuerzo, de manera lenta, y se pierden relativamente rápido.
Un ejemplo ha sido evidenciado en un estudio publicado por Pedersen y Cols. en la revista de la Asociación Americana de Medicina, donde se tomaba como referencia un paciente con un índice de masa corporal similar, y una disminución en el conteo de pasos diarios de 6200 a 1300 pasos diarios por tres semanas. Vieron cómo aumentaba la resistencia a la insulina y la grasa abdominal y disminuía la masa muscular a nivel de las piernas en los diferentes subgrupos de su investigación.
Resultados similares se han visto incluso en pacientes adultos jóvenes (edad media: 24 años), lo que además podría verse acentuado por el proceso de sarcopenia que se comienza a ver a partir de los 30-35 años según la mayoría de los autores.
Si adicionalmente tomamos en cuenta las variaciones en la dieta y las horas de sueño que también se han evidenciado durante este periodo, tendríamos que hacer notar que la habituación al programa de entrenamiento debe respetar esos cambios fisiológicos y estructurales que se pueden verificar en la literatura.
Planificación de competiciones
Los atletas que participan de eventos competitivos pueden tener en este tiempo una sensación adicional relacionada con las ganas de competir. Al momento actual, las federaciones internacionales y locales se disponen a preparar la logística relacionada con los eventos deportivos, aunque aún no hay eventos confirmados. La posposición de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 marcó a la comunidad deportiva mundial, y aunque a muchos les servirá de un segundo aire para prepararse, para otros podría representar el final de la carrera. A nivel recreacional, muchos eventos multitudinarios, como maratones icónicos, triatlones y eventos “masters”, se mantienen aún sin fecha definitiva, pero con protocolos en desarrollo para ser llevados a cabo de manera segura. Esto les permitirá a todos estos atletas tomarse el tiempo de prepararse, sin acelerar los procesos. Además, es importante notar que una vez sean publicadas las competiciones, se debería tener al menos entre 8-12 semanas de preparación para eventos menos demandantes y con experiencia previa, y periodos mayores para aquellos eventos en los que no se tenga experiencia o que sean más exigentes