Revisión urgente a metas primordiales para Salud Pública. Un número de hospitales públicos a considerar se encuentra en uno de esos momentos en que se destacan por generar insatisfacciones en ciudadanos, predominantemente de escasos recursos, que acuden a ellos en busca de soluciones a problemas de salud a ser enfrentados de inmediato o sin premuras pero para entrar apropiadamente en sus agendas.
«Rebotar» a la entrada de alguna sala de consultas o emergencias de tales centros con pacientes al hombro para entonces tener que correr a otras puertas similares a experimentar más rechazos lleva a dolorosos episodios que en pleno siglo 21 siguen registrándose.
Más allá del umbral de no pocos puntos de la red asistencial del Estado se va al encuentro de falta de medicamentos, instrumentos y personal especializado para una atención satisfactoria a los enfermos en gravedad.
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Está fallando alarmantemente el flujo abastecedor de fármacos esenciales y la reposición de equipos dañados y personal ausente para procedimientos simples o complejos que no deben faltar para curaciones y salvar vidas.
Lo que indica el panorama de insuficiencias para la atención de calidad en centros públicos de salud –en los que incluso se tropieza con trato descortés y muestras de insensibilidad ante el dolor ajeno- es que la pandemia condujo a desproporciones en el manejo de casos con ausencia de un enfoque integral a los problemas de salud y defectuosas logísticas que ha dejado a otras enfermedades a sus anchas.