Richard Meier: Dos obras maestras en Roma

Richard Meier: Dos obras maestras en Roma

ROMA(2023) – TOR TRE TESTE – IGLESIA P. MISERICORDIOSO (EXTERNO E INTERNO)

Richard Meier, ganador del Premio Pritzer en 1984, cuando aún no había cumplido los cincuenta años, nació en Newark, Nueva Jersey, Estados Unidos, en 1934. Luego de graduarse en 1957, emprendió un viaje a Europa, donde conoció a Le Corbusier, de quien recibió gran influencia. De regreso a Estados Unidos, junto a sus colegas Peter Eisenman, John Hejduk, Michael Graves, Charles Gwathmey, fundó el grupo de los “Cinco Arquitectos”, también conocidos como “Arquitectos Blancos” con la intención de promover las ideas de Le Corbusier. Meier colaboró en el estudio de Marcel Breuer.

En 1963, con La Casa Smith en Darien, Connecticut, obtuvo reconocimiento internacional. Con el proyecto de reconversión de los viejos laboratorios de la telefónica Bell, obtuvo excelentes críticas de la prensa y del mundo de la arquitectura. De los años 80 sus importantes obras como el Getty Center en Los Ángeles, el High Museum de Atlanta, el Centro Cultural de Ulm, la Biblioteca Central de La Haya, entre otros.

1- Iglesia Dios Padre Misericordioso, de Richard Meier, en Tor Tre Teste (Roma) 1998-2003

El pasado mes de marzo 2023, invitado por el urbanista Pietro Bertelli tuve la oportunidad de visitar la ciudad de Roma, quedé impresionado de la extraordinaria belleza de la ciudad, de lugares que no conocía y de algunas nuevas obras de arquitectura. Roma es la ciudad con más iglesias del mundo; se cuentan más de 900 y estas representan un verdadero catálogo de estilos y periodos históricos de la arquitectura, contenientes en sus interiores verdaderos tesoros de la historia del arte.

En los alrededores de la ciudad de Roma podemos encontrar edificios religiosos contemporáneos muy interesantes. Con el amigo Bertelli y su familia visitamos algunos, un proyecto interesante es la llamada Iglesia del Jubileo, dedicada a Dios Padre Misericordioso, diseñada en el sector de “TorTre Teste” por el famoso arquitecto estadounidense Richard Meier, que en Roma también diseñó el Museo del Ara Pacis.

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La Iglesia de Meier es el resultado de su victoria al concurso internacional de arquitectura, que en los años noventa organizó el Vicariato, en vista del Jubileo del 2000, la idea del concurso, era la construcción de nuevas iglesias en las zonas periféricas de la ciudad. El proyecto de Meier fue escogido entre proyectos de otros importantes arquitectos invitados al concurso como Tadao Ando (considerado el arquitecto de la luz y el hormigón), Gunter Behnisch (el alemán que asombró al mundo en los Juegos Olímpicos de Múnich con las “velas” de plexiglás de su estadio), el español Santiago Calatrava Valls y otros dos estadounidenses, Peter Eisenman y Frank Owen Gehry.

Se buscó el aporte que pudieran dar hombres de otras culturas y religiones, solo dos de los convocados a participar al concurso son de religión cristiana, los otros son judíos, como el ganador y un sintoísta (religión autóctona de Japón). El conocido arquitecto neoyorkino, autor del interesante Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, ganó con 6 votos sobre 10.

El proyecto de Meier juega con espacios y formas, la iglesia parece una embarcación con tres grandes velas blancas empujadas por el viento. Las tres velas de cemento liso de color blanco simbolizan la Trinidad, la vela más grande indica la protección de Dios sobre su pueblo. La vela más grande mide 26 metros de altura. Para la construcción de las velas se utilizaron paneles prefabricados, cada uno con un peso de 12 toneladas, para levantarlos fue necesario construir una grúa especial de 38 metros de altura, que permitió levantar e instalar los paneles con precisión y seguridad. Las obras duraron unos 5 años (1998 – 2003).

Una de las características de la iglesia es el uso del color blanco. Para Meier, el color blanco transmite todos los colores del arco iris, el blanco toma los colores del cielo, de las nubes, del sol, de la luna.
La luz que penetra en el interior a través de grandes ventanales de las fachadas y los techos, los rayos del sol que penetran desde la entrada o desde el presbiterio, crean unos efectos particulares al amanecer y al atardecer. A pesar de las formas redondeadas de las fachadas, los espacios interiores son más bien cuadrados, formas que reúnen simbólicamente las dimensiones divina y humana.

La iglesia de Meier irradia una sensación de armonía entre las partes, el completamiento de un concepto arquitectónico que emana una espacialidad que proyecta las dimensiones de la iglesia a gran distancia, aunque no es un edificio muy grande, pero de una monumentalidad visiva, que comunica la imagen de un Dios familiar y amigo del hombre.

La nueva iglesia se considera una obra maestra de la arquitectura religiosa contemporánea y es un destino para muchos visitantes y turistas.

2- Museo del Ara Pacis de Richard en Roma 1995-2006

El Ara Pacis (pequeño templo de mármol) fue construido para celebrar las victorias de Augusto en España y la Galia en el año 9 a.C. El monumento, a lo largo de los siglos había sufrido las inundaciones del río Tiber y había sido parcialmente destruido.

En el aniversario del nacimiento de emperador Augusto, Mussolini decidió reconstruir el monumento y encargó en 1938 al arquitecto Morpurgo construir una estructura para proteger el monumento, (realizada con escasos recursos, utilizando cemento y materiales mediocres) para cumplir con las celebraciones. Sin embargo, esta estructura permaneció hasta los años 90 cuando en gravísimas condiciones se impedía el acceso al público.

Se decidió proteger el monumento de los problemas de la modernidad (esmog, vibraciones, variaciones de temperatura, humedad, etc.) mediante su museificación, construyendo un “contenedor” especial.

Meier desarrolló el Museo de tal manera que el Ara (Altar) sea visible desde el exterior, el edificio estrecho y alargado (100 metros a lo largo del Tiber, con 13.5 metros de altura), se desarrolla articulando espacios abiertos, cubiertos y cerrados, pero visualmente abiertos a la entrada de luz gracias a grandes ventanales. La vista hacia el Tiber tiene una ventana de 50 metros de largo, mientras del lado opuesto (Piazza Augusto) el edificio es más sólido y “material”. Columnas circulares soportan la cubierta modular acristalada, alternado con vigas portantes de acero revestidas con paneles de travertino rosado.

El gran salón que aloja el Altar (Ara) es iluminado por luz natural que ingresa por los grandes ventanales transparentes, focos de luz iluminan y resaltan los bajorrelieves del altar. En una sala al lado un mosaico del artista Mimmo Paladino creado específicamente para el museo.

El museo ha sido fuertemente criticado, en particular por la forma en que se relaciona con su entorno y el contexto histórico en que se inserta. El museo es la primera obra de nueva arquitectura construida en el centro de Roma desde la posguerra. Personalmente creo que las controversias son las crónicas que lamentablemente se manifiestan detrás de cualquier intervención arquitectónica contemporánea.

Como recordó Richard Meier, un arquitecto es siempre respetuoso del lugar, sobre todo en un contexto tan especial como Roma. “La obra antigua guía el diseño moderno, y aun tratada con el máximo respeto, no puede limitar la creatividad del arquitecto”. Aunque el alojamiento y la protección del antiguo altar era el principal objetivo del museo, el edificio también ofrece espacio para exposiciones temporales e instalaciones dedicadas a temas arqueológicos y una biblioteca digital de vanguardia de la cultura agustiniana.