Si piensas en Róterdam (en neerlandés, Rotterdam) lo primero que te viene en mente es el puerto. En realidad la mayoría de las personas la conocen por ser la ciudad portuaria más grande de Europa. Róterdam es una ciudad que verdaderamente asombra con lo que tiene para ofrecer, sobre todo desde el punto de vista artístico-arquitectónico.
La arquitectura moderna de Róterdam, innovadora desde el punto de vista eco-tecnológico, es la respuesta a una refinada reconstrucción luego de haber sido bombardeada severamente en 1940 que destruyó gran parte del patrimonio histórico-arquitectónico.
Si a Leonardo da Vinci le hubieran pedido hoy que dibujara una ciudad ideal, es probable que el resultado no hubiera sido tan diferente al de Róterdam, ciudad, eclipsada por la cercana Ámsterdam, esta ciudad no tiene nada que envidiar a las metrópolis más contemporáneas del mundo, llena de encanto en su arquitectura, historia y cultura. Si bien Ámsterdam puede considerarse como la ¨ciudad antigua por excelencia¨ de los Países Bajos, los edificios históricos y las construcciones experimentales están transformando a Róterdam (la segunda ciudad más grande del país), en un destino de clase mundial para la innovación arquitectónica, superando incluso a otros centros europeos. Róterdam es la ciudad del futuro.
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Uno de los atractivos de la ciudad es el famoso Erasmusbrug (Puente Erasmo), sobre el río Nieuwe Maas. El puente diseñado en 1996 por el arquitecto Ben van Berkel, con una longitud de 800 metros, conecta la parte norte de la ciudad con la parte sur. El puente está suspendido sobre el río Mosa y tiene un pilón de acero de 139 metros de altura, sostenido por 40 cables, cuya forma le ha valido el apodo de ¨Cisne¨, el puente une el Centro histórico con Wilhelminapier, la antigua zona industrial, que ha sido renovada manteniendo los edificios originales de las antiguas fábricas que se alternan con una sucesión de modernos rascacielos de cristal, con formas que desafían las reglas estáticas más clásicas de la ingeniería. Luego de cruzar el puente, encuentras con el Photomuseum de Róterdam y el espléndido New York Hotel, una estructura histórica de finales del siglo XIX, originalmente la sede de la Holland América Line (una de las 7 principales compañías navieras del mundo), edificio transformado en hotel en 1993.
El nuevo Hotel Nhow Róterdam, es un gran hotel de 285 habitaciones dedicado al arte y al diseño holandés, diseñado por famoso arquitecto holandés Rem Koolhaas, es una especie de ciudad vertical de ciento cincuenta metros de altura sobre el Muelle Wilhelmina, terminado en menos de cuatro años y alberga oficinas, apartamentos, hotel, salas de conferencias, restaurantes y gimnasio. Es el edificio multifuncional más grande de toda Holanda y fue concebido como una ciudad dentro la ciudad dividida en tres torres conectadas.
El barrio Kop van Zuid es un verdadero laboratorio arquitectónico. El World Port Center, el edificio de 124 metros de Norman Foster. El New Orleans de Álvaro Siza Vieira, con 43 plantas y 158 metros, es el rascacielos residencial más alto de Holanda. El Edificio KPN Telecom de Renzo Piano.
El Instituto Holandés de Arquitectura (Nai) Het Nieuwe Instituut, un edificio organizado en 2013 de la fusión de Nai (arquitectura), Premsela (moda +diseño) y Virtueel Platform (cultura electrónica). El edificio del instituto, diseñado en 1993 por el arquitecto J. Coenen, alberga un museo de arquitectura, diseño y cultura electrónica, además de un archivo y una biblioteca, librería y cafetería.
La Witte Huis (la casa blanca) da testimonio del antiguo vínculo entre Róterdam y la arquitectura, es un complejo de oficinas de 45 metros de altura, diseñado en 1898 por el arquitecto W. Molenbroek. En lugar de las estructuras de acero que se usaban en ese momento, el arquitecto eligió gruesos muros de carga de ladrillo para el edificio. La fachada es de ladrillo vidriado blanco, decorada con mosaicos e imágenes art nouveau. Witte Huis fue el primer rascacielos de Europa.
El Boijmans Van Beuningen es el museo más importante de la ciudad. El museo es conocido por su gran colección de arte clásico y moderno y por sus obras de Rembrandt, Tintoretto, Van Eyck, Bosch, Magritte, Monet y Dalí.
Diferentes edificios nos han sorprendido a lo largo de la historia por sus desafiantes diseños, sin duda alguna, las Kubuswoningen son un claro ejemplo de arquitectura extrema.
Las Casas Cubo del arquitecto holandés PietBlom son edificios muy particulares que datan de la década de 1980, diseñados como cubos inclinados boca abajo, sostenidos por postes, con la intención de recordar un bosque de árboles.
Róterdam es la ciudad que vio nacer a Erasmo, un filósofo humanista que en 1509 escribió ¨Elogio de la Locura¨.
Las Casas Cubo, al visitarlas, te transmiten un aura de fascinación y algo de locura. En su texto, Erasmo escribía: ¨locura que nos acompaña toda la vida, portadora de alegría y despreocupación, a su discreción se hacen todas las actividades humanas, cosas serias y cosas divertidas¨.
En 1970 la ciudad de Rotterdam sufrió grandes cambios urbanísticos, lo que causó diversas problemáticas. Para resolverlo, los planificadores a cargo recurrieron al arquitecto Piet Blom para diseñar casas en la parte superior de un puente peatonal que cruza las dos carreteras más transitadas al centro de la ciudad.
Piet Blom, quien ya había creado un prototipo de casas cúbicas en Helmond (1975 – 1977), decidió recrear su diseño para resolver la problemática. Fue así como surgió el complejo habitacional conformado por más de 30 casas cúbicas (década 1980). Además de actuar como un puente, la zona peatonal que conecta los cubos incluye un pequeño parque para niños, oficinas y estudios. El proyecto inicial incluía un complejo de 74 edificios, pero hoy en día solo hay 39 casas cúbicas en el área adyacente al antiguo puerto de Rotterdam. Las casas cúbicas también se llaman BlaakseBos (Bosque de Blaak), según el arquitecto Piet Blom, sus casas cúbicas tratan de simular un bosque abstracto. Cada residencia está sostenida por un pilar hexagonal y la parte superior por una forma triangular que simula la copa de un árbol. Así, cada casa representa un árbol abstracto que, cuando se conecta con su vecino, se convierte en un mar de árboles en un bosque amarillo construido. Cada (cubo) apartamento tiene 22 metros de altura, se compone de tres pisos y tienen unos 100 metros cuadrados, en el primer nivel un hall de entrada y sala estar-cocina, en el segundo, dos dormitorios y un baño, en el tercero, una pequeña sala de estar panorámica.
El complejo es hermoso, y no es necesario ser un aficionado a la arquitectura para apreciarlo.
También porque las casas cúbicas son de un amarillo súper enérgico y esto las hace aún más dinámicas, tanto en días grises como soleados. Se destacan en cualquier clima y el efecto general es de movimiento y vitalidad. Las casas cúbicas de Rotterdam son privadas y están habitadas.