La IX Cumbre de las Américas se celebrará desde el 6 al 10 de junio en la ciudad de Los Angeles, Estados Unidos, y ya suenan voces discordantes sobre el encuentro. Al parecer, la cizaña surgió cuando el encargado del Departamento de Estado de EEUU para Latinoamérica, Brian Nichols, dijo que Cuba, Venezuela y Nicaragua no serían invitados.
De forma ordinaria, la Cumbre de las Américas se celebra desde 1994 cuando se inauguró en Miami. En 1998 se mudó a Santiago de Chile, mientras que en 2001 le tocó a Québec, Canadá, acoger el evento. La siguiente se hizo en Mar de Plata, Argentina, en 2005. Mientras que en 2009 se montó en Puerto España, Trinidad y Tobago. En 2012 la cumbre se trasladó a la hermosa Cartagena de Indias, Colombia; mientras que Ciudad de Panamá la hizo suya en 2015, y Lima, Perú, en 2018.
La de junio próximo sería un retorno de la reunión a EEUU. Y puede haber una larga lista de temas a tratar. Como por ejemplo un buen análisis de los daños del covid-19 y otras posibles pandemias; los efectos en la región de la guerra de Rusia-Ucrania y el disparo de los precios de los combustibles y los cereales. También se podría tratar el flujo migratorio del sur al norte, y el reguero de gente que se acumula en la frontera EEUU-México. Así como el cambio climático y el medio ambiente.
En tanto México, Bolivia, Honduras y miembros del Caricom cuestionan que Washington deje fuera de la cumbre países vecinos, cuando más se necesita la unidad en la región para prever males como la actual pandemia, los altos precios y los reflejos de la guerra en Ucrania.