Mientras no se publiquen las actas de los colegios electorales, para la comunidad internacional y República Dominicana Edmundo González ganó las elecciones presidenciales de Venezuela del 28 de julio con la enorme diferencia de 37 puntos porcentuales, 67% contra 30%.
Sin duda, fue un referéndum del rechazo a la dictadura que Maduro tiene montada, por ello nuestro presidente Luis Abinader, un demócrata que no titubea y sin medias tintas, exigió respeto a los derechos electorales de González y el pueblo venezolano.
Nuestro país es de los pocos que no han permanecido en un obsceno silencio, postura que ha coincidido con el embargo de Estados Unidos a un avión que ahora se sabe, por la idiotez de Maduro, es de su propiedad, que es evidente ha perdido agudeza mental, si en algún momento la tuvo, se cree sus propias mentiras disparatadas y usa operadores políticos para que la repitan.
Uno de ellos es Diosdado Cabello Rondón, sin presentar pruebas dijo que debemos US$350 millones, pero el presidente Abinader le demostró que el balance es US$214.3 millones y vence en 2030, un financiamiento a 25 años que data de 2005.
A Maduro y operativos políticos tambien les duele que el 19 de agosto de 2021, el gobierno de Luis Abinader recomprara a Venezuela el 49% de las acciones de Refidomsa, que pagara a PDV Caribe, S.A., subsidiaria de PDVSA, solo US$88,134,000, convirtiéndose el Estado dominicano en propietario único de la refinería.
Y como el gobierno (2009-2012) de Leonel Fernández las había vendido por US$131 millones en 2010, y comprar a Venezuela el 100% de crudo y derivados que consumimos, convirtiéndonos en uno de los países más dependientes y vulnerables al precio del petróleo, con la recompra de las acciones recuperamos la soberanía del mercado de los combustibles y de la economía nacional, y como si fuera poco, en la operación obtuvimos ganancia de capital por US$42,866,000 (diferencia entre US$131 millones y US$88,134,000).
Nuestro mercado petrolero es el más importante entre países del Caribe, dolió a Maduro y operadores políticos, como dijo el presidente Luis Abinader, que, desde agosto 2020 y hasta la fecha, República Dominicana no ha comprado ni medio barril de petróleo y/o derivados, para ponerlo en contexto, ni medio barril de los 200 mil de barriles diarios (mbd) que consumimos, que al precio de cierre (US$70,84) el pasado viernes, representa una factura de US$14.168 millones diarios y US$5,171.0 millones al año, 4.3% del PIB, en 2010 mucho más, 6.4%.
En 2010 el país consumía 0.97 barriles por cada millón de dólares de PIB, en 2023 la dependencia se redujo a 0,60 barriles, es decir, a República Dominicana le tomo 13 años aumentar su eficiencia energética petrolífera en un 38.2%, proceso que debemos continuar para ahorrar divisas y ser más competitivo en el mercado mundial de bienes.
Son números que duelen al autócrata Maduro y a su operador político Diosdado Cabello Rondón. Perdieron el poder monopolizador que tenían sobre nuestro mercado de combustibles bajo Petrocaribe. También les duele que, desde el Golfo Estados Unidos y otros mercados, importamos los 32 mil barriles diarios (capacidad de Refidomsa) que necesitamos para refinar cuando lo hacemos que no es siempre, y el resto, 168 mil barriles diarios, los importamos como productos terminados.
Maduro y Diosdado Cabello viven en la nube si creen que amedrentan al gobierno dominicano con escopeta vacía, que tendrá algún efecto la bravata “yo te agarro en la bajadita”, no negociamos la defensa férrea de la democracia.