Sobre el escándalo alrededor de la USAID cada quien ha dicho lo que ha querido con pruebas o sin pruebas, sobre todo en las redes sociales, donde nada es verdad ni mentira sino todo lo contrario. Y aunque la retractación del autor del pasquín digital que sirvió de base a la campaña dirigida a destruir la credibilidad de un grupo de periodistas debería bajarle intensidad al tema, se continuará hablando de eso un buen rato, bien sea porque los que promovieron y financiaron esa campaña no se resignan a perder esa oportunidad de darle rienda suelta a sus deseos de venganza, o porque el coro que se sumó a la infamia se alimenta del escándalo como el fuego del oxígeno, y por lo tanto tiene que seguir incordiando hasta que solo queden cenizas.
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O simplemente para buscar “sonido”, y si además sirve para ponerse donde lo vea su líder mucho mejor. Ese parece ser el caso de Rafael Paz, dirigente de la Fuerza del Pueblo, quien ayer pidió que se investigue “la campaña” que asegura existe contra el líder de esa organización, el doctor Leonel Fernández. Según el excandidato a senador en los últimos años se ha identificado un patrón de repetición de falsedades y acusaciones sin fundamento alrededor de la figura del expresidente que parecería diseñado por un experto como los utilizados en otros países, por lo que sugirió que la USAID sea investigada para determinar si las acciones que se orquestaron en contra de su líder fueron financiadas por esa agencia para aumentar su tasa de rechazo.
Por ese camino veremos pronto a alguien acusar a la USAID, que ofrece su cooperación a República Dominicana desde 1962, de haber dirigido la campaña contra el doctor Joaquín Balaguer diciendo que se robó las elecciones de 1994, provocando una crisis política que recortó su periodo a dos años. Y no se rían, porque la verdad es que no estoy relajando. Solo les recuerdo que aquí hay gente que da para cualquier cosa, y mas ahora que hay a quien culpar de todo sin necesidad de probar nada.