El conmovedor testimonio de la madre de un menor puesto bajo los cuidados de la pseudo neurocientífica Elizabeth Silverio colmó el fardo de las pruebas que fueron presentadas en su contra por el Ministerio Público, que pidió ayer para ella una condena de 10 años de prisión y el pago de 50 salarios mínimos, más las costas del proceso que se le siguió por usurpación de funciones en el área de la salud, falsificación de títulos y estafa.

Silverio supuestamente se hacía pasar como profesional de la salud con títulos falsos y operaba el Centro de Terapias Neurocognistivas y Psicopedagógicas “Knowledge Land (Kogland), donde acogía a menores de edad con necesidad de atención especializada, logrando estafar a varios padres, entre ellos a Samantha Moquete, quien testificó al término del juicio de fondo en contra de la imputada.

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De acuerdo con Moquete, ella duró ocho meses trasladándose diariamente con su hijo al centro especializado regenteado por Silverio, de quien dijo, edificó su felicidad haciéndose una “ bariátrica” que le habría costado entre US$8,000 y US$12,000, a cambio del dolor ajeno”.

“Prohibido olvidar a esta estafadora que hoy en día la vemos con ese cambio físico”, dijo compungida Moquete ante los jueces del Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, quienes se reservaron su decisión sobre el caso para el próximo lunes 21 de octubre en curso, a las 2:00 de la tarde.

Previo a la audiencia final, la imputada, que estuvo acompañada de su abogado Cándido Simó, ofreció una rueda de prensa para anunciar que está preparada para cualquier decisión del tribunal, y que enfrentará con valentía y gallardía cual sea la decisión de los jueces.