“Vassallo in Memoriam”

“Vassallo in Memoriam”

No dejamos de lamentar la escasez de escultores dominicanos, sobre todo al hacer una comparación con la abundancia de pintores. Cuando “surge” una exposición de escultura, inesperada y considerable, una gran satisfacción se siente como si fuera un acontecimiento.

Así sucede con la exposición “Vassallo in memoriam”, a la vez antológica y retrospectiva, pero no de modo sistemático. Son piezas practicamente desconocidas, atesoradas en la casa-taller del maestro, y la Quinta Dominica -accesible actualmente desde el jardín- ofrece una muy importante muestra que seduce y sorprende…

Soledad Vassallo, admirable compañera y colaboradora del artista, ha recibido y guiado a los visitantes. Es un privilegio. El título “Vassallo in memoriam” estremece, y a la vez ofrece la oportunidad de recordar a un creador magistral, que partió de este mundo hace siete años, Ciertamente, y tal vez por su temperamento emotivo y reservado, no se le ha dado el lugar que merecía y que lo coloca entre los grandes escultores dominicanos.

Nos preguntamos aún si no es el único con una escultura monumental, en acero inoxidable, en los Estados Unidos: con once metros de altura, se eleva en la Universidad de Massachussets.

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Pluralidad escultórica

“Vassallo in memoriam” lógicamente presenta obras realizadas en distintos decenios. Más que una variación evolutiva, nos intersa la transformación en sí desde una talla en madera, legada por Antonio Prats-Ventos, marcada por un cierto misticismo, esmerada formal y matericamente.

También observamos que era un escultor dibujante y pintor -hasta la restauración de murales-. Aquí, sus dibujos y pinturas en relieve – esculto-dibujos y esculto-pinturas constelan paredes, testimonios de su singular dinamismo profesional, fundamentado en el goce de la experimentación y la diversidad temática.
Si la madera y la caoba particularmente, le atraían, el metal, la piedra, el marmol instrumentaron a menudo sus esculturas, figurativas y neo-figurativas, abstractas y neo-absractas, engalanadas o no por el color.

Tampoco falta el ingrediente lúdico, como en aquel cuerpo femenino, de un lado desnudo, del otro pudorosamente vestido, ¡humor en tres dimensiones! ¡La figuración de un ramillete de hierro en un bocal propone un retorno original a la naturaleza muerta y al bodegón! Tal vez, la más hermosa escultura abstracta sea una circunferencia en mármol , casi una lámina, adornada en su centro por una piedra de larimar. Forma, color, textura, volumetría se unen para seducirnos. Y, afuera, se yerguen tallos y plaquitas de metal, recortadas y policromas: ¿las habrán sembrado y crecieron, horadaron sus formas el espacio, cuales un florecimiento mágico?

Magia criolla del hiperrealismo escultórico

Ahora bien, nos ha encantado encontrar en Salvado Vassallo un maestro de la representación figurativa y de la gente. Hay dos concepciones, materiales y etapas (probablemente).

Descubrimos, colocados entre piezas muy diferentes, pequeños personajes, acurrucados o arrodillados, coloreados con excepción del rostro, dejado en el color natural de la madera -sin rasgos ni organos-. Son esculturas encantadoras, sugiriendo niños, casi santicos… También el labrado de la masa es ejemplar.

Luego, hay un hiperrealismo escultórico fascinante, en resina y acrilica. Salvador Vassallo demuestra un conocimiento estelar de la anatomía, un virtuosismo técnico, y sobre todo una identidad criolla popular “real-maravillosa”.

Sus esculturas – son tres piezas diferentes- parecen activas, vivas, presentes y nos llenan de alegría. El chiquillo que se balancea en su silla de palos es una obra maestra. La doña que ‘jala’ los moños de su hija -con cara de vieja- es insustituible. ¡Y parece que la señora -tercera pieza- nos va a servir una tasa de café! Las miramos como esculturas y casi instalaciones.

Realmente, Salvador Vassallo ha logrado lo que suele hacer falta. Adoptar una corriente contemporánea extranjera, pero volverla dominicana en todos los aspectos, cultural, gestual y racial.

Coda

Salvador Vassallo ha estudiado a nivel privado con Antonio Prats-Véntos y Gilberto Hernández Ortega, a nivel institucional en la Escuela Nacional de Bellas Artes y en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña.

Ha presentado muchas exposiciones en el país y en el exterior- mencionamos el monumento en los Estados Unidos-… Ha sido premiado en la Bienal Nacional y ha ejercido el profesorado.

Sus obras testimonian una continua investigación y una verdadera pasión de renovación -tanto matérica como expresiva y técnica-. ¡“Vassallo in memoriam “ era una necesidad, y ha colocado a un artista -polifacético y extraordinario -en el sentido etimológico – en el sitial que le correspondía!