“A mi abuelo se le adjudica ser el creador de la crónica social, de la crónica social como arte, era muy culto, un lector voraz, amaba a Rubén Darío quizá porque se parecían, era poeta. Se movía entre la clase hegemónica con gracia porque los conocía, compartía con ellos y su vida y su naturaleza no les eran ajenas”.
Luisa Angélica Scherezade Vicioso Sánchez (Chiqui) habla con orgullo, entusiasmo y gran devoción sobre Juan A. Vicioso (Diódoro Danilo) del que se publicó un reportaje en Hoy a propósito de la calle que lleva su nombre. La escritora, que hereda de su ancestro y de sus progenitores la pasión por las letras, aclaró inexactitudes aparecidas en el trabajo, dio cuenta de la descendencia y reveló el trágico destino de tres de los hijos del notable periodista que durante más de medio siglo reseñó para el Listín Diario las actividades sociales de Santo Domingo.
Habla con propiedad del comunicador, no solo por ser la nieta mayor sino porque vivió en su residencia de El Conde 16, frente al parque Colón, cuando sus padres se separaron. “Me criaron mi abuelo y mi tía Olga”. Esta última era hija de Vicioso, quien entonces ya había casado por segunda vez después de enviudar de su primera esposa Angélica Contín, que fue reina de unos Juegos Florales y Juan se enamoró de ella cuando fue a entrevistarla.
Angélica murió de pena porque su último niño falleció con apenas un año, asfixiado después de haberse tragado una canica y la acongojada madre “a partir de ahí comenzó a languidecer”, comenta Chiqui.
“Mucho después de haber enviudado de Angélica, abuelo casó con doña Estela Cuevas, que era ya mayor, no tuvieron hijos, por tanto no existe ningún hijo Vicioso Cuevas, todos son Vicioso Contín”. Hace la aclaración porque en la reseña aparecen algunos de sus hijos como Vicioso Cuevas, datos que fueron tomados de la crónica mortuoria.
La descendencia de Juan A. Vicioso tuvo una gran preparación profesional y gran influencia en la sociedad. Chiqui conserva fotos de esta distinguida familia y recuerdos y ejemplos de su preparación. Su padre, Juan Antonio Vicioso hijo, (Tony o Diódoro Daul) era compositor, poeta, bohemio, escritor, dibujante. Es el autor de “Hiéreme otra vez”, que han grabado renombrados artistas, y de “Crucigrama”, “La canción de la espera”, “Nuestra canción”, “Presagio” y otras.
Casó con María Luisa Sánchez, “la única poeta en Santiago que participó en las tertulias de Domingo Moreno Jimenes”. Tony murió en 1955 en un accidente de aviación acompañando a un fotógrafo de la revista “Life”. En el mismo lugar donde cayó Tony, relata Chiqui, murió años después su hermano Danilo, que era alférez de marina pero se dio a conocer como el fundador de “Santo Domingo News”.
Otro hijo, Juan José (Turiro), gran amante de la ópera, fue piloto. Murió o lo asesinaron en 1959. Sufrió una gran crisis emocional transportando a expedicionarios del 14 de Junio.
Don Juan y Angélica procrearon también a Dominicana y a Olga. Solo sobrevive Rafael Vicioso Contín (Pinky), quien reside en Estados Unidos. “Los varones desaparecieron, se salvó tío Pinky porque abuelo lo sacó del país. Él siempre sospechó que tanto a mi papá como a mi tío José los habían matado”, manifiesta.
El padre de la intelectual vivió prácticamente exiliado en Montecristi y ella conserva cartas de las encendidas polémicas literarias entre sus padres y su abuelo.
Silencioso y muy severo. “Abuelo era muy elegante, se vestía todas las tardes con traje formal de lino blanco y sombrero. Era silencioso y muy severo. En la casa había rutinas inviolables. A las 11:00 AM, sopa, luego la comida, no se ponían los codos sobre la mesa. Le pedí una vez un palillo y me dijo que esa palabra solo se mencionaba en el baño. Pero a su vez era tierno, yo enfermé y él se puso sumamente angustiado, yo era la única niña entre adultos. Estaba muy nervioso”, refiere Chiqui.
Agrega que ella lo encontraba “muy bello, con unos ojos muy azules. Se peinaba hacia atrás como un «dandy» y tenía un montón de perfumes Old Spice. Siempre lo asocio con la elegancia, el buen olor. En ese tiempo tenía una manicurista, eso te da un indicador de su coquetería”.
Para Chiqui, las crónicas de su abuelo “son un retrato de su época, no se limitaba a decir cuan bella era fulana sino dar a entender lo que eran unos Juegos Florales, por ejemplo, explicar cuál era su función”.
Las de época más reciente, agrega, son “un mar de superficialidades. En un país donde no hay bajalenguas publicar que el champán rodaba es una manera de incentivar el odio social. No era el caso de mi abuelo, él tenía otro trasunto, a través de sus escritos se puede conocer lo que era el Santo Domingo de su época”.
Otros nietos de Juan A. Vicioso son Luis De Mallistre; Soraya, Griselda y Lorelay Carrón Vicioso; Dolores, Belinda, Julia y Danilo Vicioso; Juan José y Dany Vicioso; Angélica y Juan Rafael Vicioso; Juan Rainer, Luis Bienvenido Daul y Juana Antonia (Tony) Vicioso Sánchez.