Estuvo vinculado a los dominicanos. Fue amigo de Gregorio Luperón a quien ofreció honores especiales. Lo sentaba a su lado en banquetes exclusivos y le enviaba invitaciones de su puño y letra, como la que le escribió en febrero de 1882, para que le honrara con su presencia en su residencia. El valiente general atraía la mirada de todos los presentes “en la ilustre casa del genio de su época”.
Más tarde, Luperón recibiría otra misiva del insigne escritor ordenada a su secretario Richard Lesclides.
Pero esa no fue la única relación de los nativos con la más insigne figura de las letras y la política francesas de su época. Muchos le conocieron en París, y casi toda la intelectualidad nacional estaba fascinada e influenciada por sus obras. Instituciones culturales, educativas, masónicas, le admiraban con fervor.
Cuando murió Víctor Hugo, el 22 de mayo de 1885, el dolor embargó a poetas, ministros, diputados, historiadores, médicos, diplomáticos, literatos, periodistas, políticos, maestros, abogados que plasmaron su angustia en un histórico álbum lleno de enaltecedores juicios a la persona, la obra, el nombre de Víctor Hugo. Se publicó un mes después de la muerte del prominente intelectual, en nombre del país. La Prensa Asociada auspició la publicación.
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Escribieron en francés los que residieron en la “Ciudad de la luz” y los demás en español, desbordados de veneración por la obra del revolucionario.
José Gabriel García, Mariano Cestero, Eugenio de Marchena, Fidelio Despradel, Eugenio Deschamps, Emilio Morel, Arturo Pellerano, Eugenio María de Hostos, Casimiro N. de Moya, Gregorio Luperón, Félix Evaristo Mejía lo exaltaron. También Manuel de Jesús Galván, Francisco Gregorio Billini, José Joaquín Pérez, Rafael Justino Castillo, Emilio Prud’Homme, Enrique Henríquez, Francisco y Federico Henríquez y Carvajal, Salomé Ureña, Carlos Arvelo, el canónigo Moreno del Christo, Santiago Ponce de León, E. Scanlan y muchos más.
Se les unieron la Sociedad Patriótica La Trinitaria, Amantes de la Luz, Respetable Logia La Perseverancia número 13, La Restauradora, La Progresista, La Escuela Normal, La Cuna de América Número 2, La Republicana y otras.
Por esa simpatía, al conmemorarse el primer centenario del “lamentable fallecimiento del ilustre Víctor Hugo”, el Ayuntamiento del Distrito Nacional resolvió designar una calle con su nombre.
Luperón y Víctor Hugo
Emilio Rodríguez Demorizi refiere la llegada de Luperón a Francia, en 1874, a quien le precedía “deslumbrante fama de héroe”, ganada en históricas contiendas en Santo Domingo.
Desde entonces, agrega, “se inició en la amistad de las figuras más altas de Europa… Después, en 1879, le designan presidente de honor de las sociedades de París Salvadores del Sena, Salvadores de Francia, Amigos de la Paz, integrada por notables personalidades del Nuevo Mundo…”.
Conoce a Víctor Hugo y desde entonces “nace la cordial y admirativa amistad que une para siempre al escritor y al soldado”, consigna Emilio Rodríguez Demorizi en “Luperón y Víctor Hugo”.
En Puerto Plata, Luperón recibió la noticia de la muerte de su amigo y escribió: “El siglo XIX se llamará el Siglo de Víctor Hugo, como el poeta y literato más grande y más profundo del universo”.
Víctor Hugo
Nació el 26 de febrero de 1802, hijo de Joseph Léopold Sigisbert Hugo y Sophie Trébuchet. Era escritor, pintor, filósofo, humanista, fotógrafo, dramaturgo, político, revolucionario, poeta, luchador contra la miseria y la pobreza.
Estuvo casado con Adele Foucher, madre de sus cinco hijos.
Su obra fue prolífica: Odas y baladas, Los hijos del otoño, Las contemplaciones, Los castigos, La leyenda de los siglos, Nuestra Señora de París, Los miserables, Hernani, El rey se divierte, Lucrecia Borgia, Torquemada, María Tudor, El último día de un condenado a muerte, El hombre que ríe, Los años funestos entre otras, que han sido adaptadas al cine, la televisión, el teatro.
La calle
Se tomó en cuenta “la influencia de la obra de Víctor Hugo en las letras universales”, y la obligación “de aunar los mejores esfuerzos para rendir en esta fecha memorable el más cálido de los tributos a este gran genio portentoso”.
Por esos y otros méritos el Ayuntamiento del Distrito Nacional designó Víctor Hugo la antigua calle “C-C”, “ubicada de norte a sur entre las Fantino Falco y Gustavo Mejía Ricart, en Naco”. También dispuso la construcción de una plaza “aledaña”. La ordenanza es del 26 de junio de 1985.
La vía no ha sido asignada. Tampoco se ha construido la plaza.