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Apenas minutos después de que sonara el timbre final, y con el marcador aún en la pantalla gigante, apareció un gráfico que provocó emoción: fotos de lado a lado de Stephen Curry driblando con la mano izquierda y Klay Thompson en casi la misma pose, pero ahora con una camiseta azul de los Mavericks.
Los Golden State Warriors acababan de terminar su serie de apertura de temporada en casa y el juego con Dallas era la siguiente cita en el Chase Center, con todos los fanáticos presentes para recibir un sombrero de capitán en honor a la tradición de Thompson de ir a los juegos en bote como «Capitán Klay».
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El martes por la noche, Thompson regresa para enfrentar a los Warriors por primera vez desde que se unió a los Mavericks en julio con un contrato de tres años y $50 millones después de 11 temporadas y cuatro campeonatos con Golden State.
El veterano base se perdió más de dos años y medio (todas las temporadas 2019-20 y 2020-21) recuperándose de cirugías en su rodilla izquierda y tendón de Aquiles derecho antes de regresar en enero de 2022. Ha calificado las recuperaciones de lesiones consecutivas como una de las cosas más difíciles y agotadoras que ha soportado.
Thompson, de 34 años, insiste en que podrá concentrarse como si fuera un partido más del calendario, aunque no sea así. Ofreció un mensaje de despedida a los fanáticos del Área de la Bahía cuando se unió a los Mavericks hace cuatro meses y todavía es muy querido aquí.
