El presupuesto destinado a Educación en la República Dominicana podría aumentar si hubieran más herramientas que apoyen la lucha contra la evasión fiscal de las empresas transnacionales, ya que solo en 2016 estas empresas evadieron el 2% del producto interno bruto (PIB).
El señalamiento lo hizo el economista argentino Adrian Falco, en visita al periódico HOY, junto al también economista Rodolfo Bejarano. Ambos agotaron en el país una agenda con el tema Fiscalización y la Red Latinoamericana de Justicia Fiscal.
“El beneficio de reducir la evasión se evidencia, de alguna manera, en el incremento del presupuesto público, dinero que va a ir a parar al presupuesto, que la población en general va a poder decidir a través de sus gobernantes dónde quiere invertir ese dinero. Puede ser en salud, que sé que tienen problemas, en viviendas e incluso en temas educativos”, explicó Falco.
Dijo que hay que poner el foco no solo en la población, sino en las grandes élites, que es donde se manifiesta una mayor proporción de esa evasión de impuestos. Señaló que muestras claras son las exenciones impositivas que el Gobierna aprueba y la elusión fiscal, es decir, reducir la base imponible del país y trasladar esos beneficios a otra región.
“Encima de que no pagan impuestos en la RD, activan esa política fiscal para pagar menos impuestos y ese dinero que sale del país de manera ilícita, porque está fuera del alcance del fisco, va a parar a Bahamas o Luxemburgo. Es dinero que después vuelve al país para financiar campañas políticas, narcotráfico o trata de personas”, dijo.
Indicó que se necesitan nuevas reglas fiscales a nivel regional y que la Organización de Naciones Unidas (ONU) tome cartas en el asunto, además de que se necesita un organismo que pueda regular el tema financiero, que es prácticamente de saqueo en los países de América Latina.
De su lado, Rodolfo Bejarano hizo hincapié en que hay que hay que revisar las exenciones, porque hay sectores y empresas que vienen gozando de estas hace años, por lo que siguen ganando sin pagar, mientras las economías no se benefician de alguna forma de ese sacrificio que el Estado ha tenido que hacer.