En nuestra historia nacional encontramos familias que durante varias generaciones han aportado valiosos ciudadanos que han tenido una influencia notable en la vida dominicana. Una de estas es la familia Henríquez. Este apellido se origina en la península Ibérica, tanto en Portugal como en España, de familias judías sefardíes que marcharon posteriormente hacia el norte, llegando a Holanda, a raíz de la expulsión de judíos luego de la Reconquista. De allí parten hacia las colonias neerlandesas del Caribe, llegando a Curazao.
En la República Dominicana, el tronco de esta familia fue Noel Henríquez Altías (n. 25 diciembre de 1813), natural de Curazao. Era hijo de Juan José Henríquez y Clemencia Altías. Tuvo, entre otros, un hermano de padre llamado Pierre (Pedro) Henríquez. Vivió con su madre en Saint Thomas, donde muy joven contrajo matrimonio con Emilia Casamajor. Luego de haber enviudado fue a estudiar a Londres, donde se especializa en Comercio, y más tarde llega a Santo Domingo, entre 1836 y 1837, donde casa el 13 de octubre de 1839 con la capitaleña Clotilde Carvajal Fernández (1819-1873), hija del cubano Salvador Carvajal y la dominicana Juana Fernández. Se dice que Clotilde Carvajal, por el lado materno, tenía sangre de los últimos indios dominicanos que permanecieron en la población de Boyá, en el dominio concedido al cacique Enriquillo.
Del matrimonio Henríquez y Carvajal nacieron once hijos, siendo el primogénito, Manuel Antonio Henríquez y Carvajal (n. 25 de marzo de 1840), quien fue Prócer de la Restauración. Casó en 1866 con Merced Martí (n. 1846), con quien procrea a Manuel de Jesús y Emilia Henríquez Martí (n. 26 de marzo de 1869). Posteriormente se retira al sur del país, donde procrea con Juliana Nolasco, una maestra de Barahona, a Sócrates Arístides Nolasco, insigne escritor e historiógrafo dominicano.
Idelfonso Henríquez y Carvajal (n. 11 de noviembre de 1841), fue comerciante al igual que su padre, casó el 20 de agosto de 1859 con Belén Alfau Villanueva, hija de Antonio Abad Alfau y María del Rosario Villanueva. Hijos de estos fueron Enrique (n. 1859) y Fernando Arturo Henríquez Alfau (1863-1864). Idelfonso Henríquez y Carvajal casa posteriormente con Rosa Sánchez Carvajal, con quien procrea a María, Rosa Emilia, Isabel Sofía, Enriqueta (1899-1987), Noel Idelfonso, Carmen Luisa, Clementina Idelfonso y Raúl Henríquez Sánchez. Enriqueta Henríquez Sánchez casa con Luis Ginebra Pelegrín, procreando a Luis S., Oscar, Zaida y José S. Ginebra Henríquez.
Enrique Henríquez Alfau fue Ministro de Relaciones Exteriores del Presidente Heureaux. Casó con Lea de Castro Gómez, hija de Apolinar de Castro y Virginia Gómez. Junto a su esposa, Henríquez funda en Santo Domingo extramuros el ensanche La Primavera. El primogénito del hogar Henríquez de Castro fue Enrique Apolinar (1886-1977), mejor conocido como Don Quiquí, quien fue un reputado hombre de letras y un vehemente investigador de nuestra historia diplomática; le sucedían Eduardo Noel (1888) y Belén Elvira (1889) Henríquez de Castro, esta última casada con Ricardo Pérez Alfonseca. El cuarto hijo, Antonio Abad (Don Babá) Henríquez de Castro, en colaboración con la exiliada española Guillermina Medrano fundó el Instituto Escuela. Por último estaba Rafael Américo Henríquez de Castro (1899-1968), reconocido poeta y escritor. Enrique Henríquez Alfau casa en segundas nupcias con Oliveta Calero Travieso, hasta su muerte en 1940.
El resto de la prole Henríquez y Carvajal lo conoceremos en nuestras próximas entregas.