CONSULTORIO DE FAMILIA. Sin trabajo

CONSULTORIO DE FAMILIA. Sin trabajo

Pregunta del lector: El tipo de trabajo que tenía no me permitía estar muy presente en mi casa. Tenía siempre muchas actividades y viajes. Ahora estoy sin trabajo y me siento molesto con muchas cosas que veo pasar en mi casa. Dicen que peleo mucho. Mi pareja y yo nos hemos distanciado. ¿Qué cree usted esté pasando? A veces no se si irme o quedarme.

Respuesta de la terapeuta: Las presiones externas, como quedarse sin empleo, le afectan, se transfieren a la familia. Las personas suelen decir: “sé que los cambios económicos me han afectado”, pero realmente no se detienen a reflexionar sobre la forma en que llegan a casa, después de muchos años afuera.

Dependiendo de la naturaleza del empleo o negocio se generan actividades de tiempo fuera del hogar. El enfoque está en lograr metas, ganancias, compartir con clientes, socios o relacionados, sin tomar en cuenta que se distancian de la cotidianidad de la familia.

Cuando hay un miembro de la pareja que está muy distante, enfocado hacia lo social o laboral, deja un espacio vacío en el hogar que es llenado por el otro miembro de la pareja. Las actividades de colaboración mutua en la tarea de ser padres, la crianza y soluciones de los problemas de la cotidianidad quedan bajo el peso de uno.

Se van adaptando gradualmente sin darse cuenta hasta quedar cosificados en los roles y actividades. Se pasa primero por un desbalance. Surge una crisis hasta que el proceso de adaptación ocurre. Cada quien queda, sin percatarse, en roles muy específicos que pueden ser el que provee y el que resuelve el día a día.

Uno cubre la parte económica y la otra pareja asume las actividades cotidianas. La prisa hace que la otra persona se involucre menos, sus opiniones son escasas y su participación en la cotidianidad se diluye.

¿Qué es importante? Que reflexione de qué manera llegó y cómo se está involucrando. Todos se habían adaptado a su ausencia. Volver y entrar puede crear presión interna a la familia.

Todos requieren de nuevos ajustes, hasta tanto se acomoden a su presencia y a la asunción de actividades familiares antes delegadas. Están pasando por un proceso de adaptación. El sistema familiar está adaptándose. El que llega y los que reciben tendrán que acomodarse mutuamente.

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