De buey a bigañuelo

De buey a bigañuelo

– Hace algunas semanas escuché decir al doctor Guido Gómez Mazara, quien le disputará al ingenerio Miguel Vargas Maldonado la presidencia del PRD en la convención a celebrarse el próximo 20 de julio, que al actual presidente de la organización le interesa dirigir un partido pequeño para hacer grandes negocios, pero no entendí el sentido de su afirmación. Pero ahora, al enterarme de que la Comisión Política validó un padrón de electores de apenas 538,478 militantes, menos de la mitad del padrón anterior, que contaba con un millón 200 mil miembros y dirigentes, lo entiendo mucho menos todavía. ¿Qué utilidad tiene para un político que dice y repite que aspira a ganar la presidencia de la república en el 2016 ufanarse públicamente de que el partido con el que espera lograr ese objetivo apenas cuenta con el 7.2% de los votantes? ¿De dónde sacará entonces los votos que necesita para ganar las elecciones un aspirante valorado tan pobremente en las encuestas de opinión? ¿Quién va a creer que el partido mas votado en las pasadas elecciones, en las que obtuvo el 46.95% de los votos, apenas cuenta con poco mas de medio millón de militantes? ¿A dónde se fue el resto? ¿Renunciaron, se esfumaron, los sacaron por la puerta de atrás? ¿En verdad eran todos peledeístas infiltrados? ¿Cómo explicar tan extraño fenómeno? Puedo pasarme todo el resto de la columna haciendo ese tipo de preguntas pero sería un ejercicio completamente inútil, pues seguro estoy de que aún en el caso hipotético de que alguien fuera tan amable de ayudarme a encontrar las respuestas a todas esas preguntas seguiría sin entender dónde está el beneficio de presentarle al país político un PRD tan chiquito y esmirriado que mas que buey parece un ratoncito bigañuelo.

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