De las montañas deforestadas bajan los suelos erosionados

De las montañas deforestadas bajan los suelos erosionados

Desde las estribaciones orientales de la Sierra de Yamasá que el conuquismo desnuda, las lluvias arrastran los suelos de la cuenca alta del río Ozama, que en su recorrido de 147 kilómetros desciende con una fuerte carga de agroquímicos hasta su desembocadura en el mar Caribe, al que ennegrecen y contaminan.

Esta zona hidrográfica, 2,962.5 kilómetros cuadrados de gran importancia estratégica como fuente de acuíferos y biodiversidad, de producción agrícola e industrial, está deforestada y erosionada.

Progresivamente degradada por falta de cobertura vegetal, de cultivos agroforestales que garanticen el agua y protejan los suelos, erosionados por la tala de árboles y siembras de ciclo corto, medio de vida de campesinos de Yamasá, donde, como en otros ecosistemas montañosos del país, la pobreza quita espacios al bosque.

Decreto. Tal es el deterioro de la cuenca alta del Ozama, que el pasado 22 de marzo el Poder Ejecutivo emitió el decreto 87-15, aún no publicado, que la declara de alto interés nacional y dispone una serie de medidas para restaurar y mantener su cobertura boscosa.

Un paso más en la continuidad del plan estratégico para la recuperación de este río, que permitiría una mayor articulación de las acciones medioambientales y agrícolas. Un impulso a la conservación, al prohibir actividades agropecuarias intensivas en suelos con pendientes sobre 60% y priorizar cultivos permanentes, plantaciones agroforestales y silvopastoriles.

El decreto insta al Banco Agrícola y el Fondo para el Desarrollo Agropecuario (FEDA) a otorgar créditos a agricultores interesados en cultivos que protejan la cuenca, café, cacao y frutales, pinares y otras especies maderables.

Al emitirlo, se consideraron las precarias condiciones ambientales en las subcuencas de los ríos Ozama, Guanuma, La Leonora, Sabita y Yabacao.

Plan de manejo. A esas disposiciones se suman acciones del plan inmediato de rescate de los ríos Ozama e Isabela, cuyas cuencas ameritan protección como proveedoras de parte del agua que nutre a la población capitaleña.

Además, por los grandes humedales de su cuenca media y su impacto en los ecosistemas costeros marinos de la costa sur.

Con fines de preservarlas, el plan incluye programas de gestión y manejo, reforestarlas para evitar el deterioro de los suelos y aporte de sedimentos a sus cauces. Asimismo, controlar el uso de plaguicidas que impactan los ríos. Desarrollar programas para reducir la contaminación de granjas porcinas y avícolas, y recolectar los desechos de las mismas para usarlos en biodigestores.

__Fomentar proyectos para recuperar la legalidad del suelo. Crear sistemas de monitoreo de las condiciones bacteriológicas y químicas del agua de los ríos.

La recuperación de la cuenca alta del Ozama se inició a fines de 2014, dirigida por Medio Ambiente, que ha captado más de 2,000 tareas, listas para la reforestación en ese territorio, donde en los últimos seis meses plantaron 1,200 tareas, cerca de un millón de árboles, informa Onofre Rojas, director ejecutivo del plan.

__Junto a las empresas vinculadas al plan, estamos estimulando para que se promueva la reforestación. Desde que se formó la comisión, fuimos a una jornada con las entidades de la Coalición Río, Fundación Tropigás, Grupo Sansoucí Holding y muchas otras. Después hicimos una segunda jornada con la gente de la planta de Steam Boat.

Constataron la situación de la cuenca, en la que Medio Ambiente tendrá una oficina por la loma de Los Siete Picos, donde nace el Ozama, para dar seguimiento a la reforestación y otras acciones que realicen.

Brigadas permanentes. Esas siembras son limitadas, deben ser permanentes, y por tanto están planteando a las empresas que como parte su responsabilidad social apoyen la creación de brigadas permanentes de reforestación. “Son fundamentales, cuando llevamos mucha gente a sembrar, eso ayuda a educar, a la sensibilización”.

Persiguen una permanencia en siembra y seguimiento, que esas brigadas garanticen la irrigación en ausencia de lluvias. De acuerdo con Medio Ambiente, de ese modo puede desarrollarse más de un 80% de lo que se siembre.

Todas estas acciones-indica- van desatando iniciativas. Contacté empresarios más abajo de Villa Altagracia, del Grupo Rica, por ejemplo, dicen que les interesan los frutales que se siembren, que se comprometen a comprar los que necesitan para su producción. Muchos otros empresarios también se están asociando.

__Cuando le hablé al empresario de un clúster turístico de que pensamos en una agricultura familiar, me dijo que su empresa podría mandar barcos a recoger lo que produzcan, eso tiene mercado.

Rojas recuerda la visita al país de Mohan Munasinghe, Premio Nobel de la Paz 2007, quien dictó una conferencia sobre desarrollo sostenible, invitado por Martí Petroleum Grupo.

En la ocasión, Coalición Río expuso ante la Cámara Americana de Comercio su plan estratégico para la rehabilitación del Ozama e Isabela. “Allí se le presentó esta iniciativa a las empresas y eso lo vamos seguir ampliando paulatinamente para que haya un compromiso del sector privado”.

Mayor articulación. Cuando salga el decreto 87-15 , indica, habrá una articulación más fuerte con el sector agrícola, con las instituciones que contribuirán a financiar las siembras.

__La recuperación de la cuenca alta -agrega- es una tarea inmediata, Medio Ambiente planteó esa prioridad en la comisión y sugerimos que el presidente Danilo Medina emitiera ese decreto (87-15); lo veníamos trabajando hace algún tiempo, por fin lo logramos, es muy importante.

Trascendente para la reforestación que permita recuperar suelos degradados por el impacto de la erosión hídrica en terrenos desnudos, a los que la lluvia desprende partículas de tierra, que conduce al Ozama. El agua se desliza precipitadamente, no penetra al subsuelo desde donde nutría los acuífereos superficiales.

En esas lomas hay cafetales y cacaotales que protegen los suelos y pueden permanecer, pero proliferan conucos de viandas y frutos menores en pronunciadas pendientes. Predomina un uso irracional del suelo, con el que desaparece la cubierta vegetal, baja la fertilidad del terreno y crece la cantidad de tierra que sedimenta al río.

Conforme al plan de rescate, Medio Ambiente regulará el tipo de cultivos para evitar siembras de ciclo corto en zonas muy inclinadas. Un estudio recomendará el ordenamiento territorial, determinando cuáles plantas son aptas.

Ante la perspectiva de una aguda crisis de agua, y en pos de mayor comprensión de la fragilidad de los ecosistemas montañosos, de su interrelación con las fuentes hídricas, urge controlar el uso de suelos, reforestar, forjar una cultura conservacionista. Educar para crear una conciencia colectiva que impulse la preservación de las cuencas.

 LAS CLAVES

1. Financiar siembras

El decreto 87-15 dispone que el Banco Agrícola y el FEDA financien proyectos y actividades productivas que promuevan el manejo sostenible de los suelos de la cuenca del Ozama y eviten otorgar créditos a las que tengan un impacto negativo en suelos y aguas.

2. Desarrollo integral

Encomienda a Medio Ambiente y Agricultura, al Banco Agrícola y al Feda para que, en coordinación con la Dirección de Programas Especiales de la Presidencia (DIGEPEP) y el Ministerio de la Presidencia, fomenten el desarrollo local integral de las comunidades asentadas en la cuenca alta del Ozama y la participación de los pobladores y sus organizaciones.

3. Ordenar territorio

Instruye a Medio Ambiente, Agricultura y Economía, Planificación y Desarrollo, así como a la DIGEPEP, para que junto a la comisión encargada de aplicar el plan estratégico, presenten las disposiciones preliminares sobre ordenamiento del territorio de la cuenca alta del Ozama, que pondrán en vigencia al aprobarse el Plan Nacional de Ordenamiento Territorial.

4. Áreas vunerables

El decreto se suma a leyes que prohiben o limitan la acción humana en áreas vulnerables de la cuenca consideradas prioritarias, las cuales requieren de ordenamiento de su territorio en el marco de un manejo integral.

Amplia red hidrográfica desciende de la cuenca alta hasta drenar al mar

La cuenca del Ozama abarca un radio de acción bastante amplio, desde la loma de Los Siete Picos, en Yamasá, donde nace el río, al que urge devolverle su condición natural.

La ubicación de la Capital en el extremo sur de esta cuenca le confiere una connotación especial por el impacto de más de tres millones de personas y mayor desarrollo urbanístico del país.

La cuenca del río Ozama, uno de los más caudalosos del país, drena hacia el mar por cuatro grandes corrientes superficiales: los ríos Ozama, curso principal, el Yabacao, el Sabita y el Isabela. Su red hidrográfica la componen más de 400 arroyos y cañadas distribuidos en todo el territorio, con mayor densidad hacia el oeste.

De acuerdo al desarrollo hidrológico y el nivel alcanzado por su gran cantidad de afluentes, la subcuenca Ozama se divide en nueve microcuencas, de las que la denominada Ozama-Santo Domingo es la de más trascendencia y la que mayormente requiere de planes de manejo, por su alta concentración habitacional, elevado nivel de contaminación y degradación de los recursos naturales y complejidad social.

Las restantes son: Ozama-Arriba, Ozama-Peralvillo, Ozama-Don Juan y Yamasá, al norte; Guanuma-Máyiga y Mijo, al centro, y Yuca-Dajao, Tosa-Cabón, al sur, al igual que Ozama-Santo Domingo.

Dentro del sector hidrológico Guanuma-Máyiga, segunda microcuenca en importancia, se eligió la del río Máyiga para elaborar un diagnóstico biofísico conservacionista y un plan de manejo integral de los recursos naturales.

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