Lima. La alta vulnerabilidad financiera de los mercados emergentes aumentan las dudas sobre la capacidad de la economía global para adaptarse a una inminente alza de tasas de interés en EE.UU., subrayó hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Los mercados emergentes encaran sustanciales desafíos a la hora de ajustarse a nuevas realidades financieras globales desde una posición de mayor vulnerabilidad”, indicó el informe de “Estabilidad Financiera Global” del FMI, divulgado hoy en Lima. De hecho, de acuerdo con los cálculos de la institución, que celebra junto al Banco Mundial en Perú su Asamblea Anual, las empresas y bancos de mercados emergentes cuentan con sobreendeudamiento de 3 billones de dólares, gran parte en divisa estadounidense, lo que los hace especialmente sensibles al ajuste monetario en EE.UU.
En concreto, China encara desafíos “sin precedentes” a la hora de reequilibrar su economía hacia un modelo más basado en el mercado. En rueda de prensa, el director del Departamento de Asuntos Monetarios del FMI, José Viñals, advirtió que los “recientes acontecimientos” financieros en el gigante asiático con bruscas caídas de los mercados bursátiles recalcan “la complejidad de estos retos, así como el fuerte potencial de contagio desde China». “El desendeudamiento del sector empresarial y asegurar la disciplina financiera inevitablemente conllevará quiebras, salidas de empresas no viables, así como pérdidas derivadas de préstamos morosos”, agregó Viñals sobre China.
En Latinoamérica, el funcionario del fondo matizó que, pese a contar también con una amplia exposición financiera, algunos países habían tomado medidas para protegerse, al citar los casos de Chile, Perú y Colombia. Como consecuencia, y ante la falta de solidez y persistente baja inflación en EE.UU., el FMI insistió en que la Reserva Federal (Fed, banco central) “debería esperar a elevar los tipos de interés hasta que haya signos de la inflación sostenida al alza, con una continuada fortaleza del mercado laboral».
La Fed ha anunciado su intención de elevar antes de final de año las tasas de interés de referencia, lo que sería el primer ajuste monetario en casi una década en Estados Unidos. No obstante, el banco central estadounidense decidió aplazar esta decisión en su reunión de septiembre, por lo que todas las miradas apuntan a los dos encuentros restantes en este año- final de octubre y mediados de diciembre.
Precisamente, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, viajará a finales de semana a Lima para asistir a la reunión, en la que es previsible que escuche llamados similares por parte de ministros y banqueros centrales de países emergentes preocupados por las presiones que están ya sufriendo sus sistemas financieros y monedas locales. A este incierto panorama, se suma el legado de la crisis financiera en los mercados avanzados, entre ellos la necesidad de que el euro avance en su unión bancaria y resuelva de los préstamos morosos que todavía atenazan los balances de algunos bancos; y la desaceleración económica de los mercados emergentes arrastrados por la caída de los precios de las materias primas.
El FMI dibuja dos escenarios dispares- si se abordan correctamente estos retos, con una normalización gradual y bien comunicada de la Fed, la economía podría crecer un 0,6 % adicional para 2018; en caso contrario, el producto interno bruto (PIB) global puede reducirse 2,4 % respecto al escenario previsto para entonces. “Están en juego tres puntos de PIB”, alertó Viñals. La Asamblea Anual del FMI y el Banco Mundial, que arranca este jueves formalmente, reunirá en Lima a los delegados de los 188 países miembros, quienes discutirán las últimas previsiones económicas que apuntan a una desaceleración global en 2015 a 3,1 % frente al 3,4 % de 2014.