El pasado sábado fue puesto en circulación el libro “PICHIRILO el comandante popular”, autoría del doctor Pedro A. Pérez A. y del ingeniero Juan F. García S., obra impresa por la editora Amigo del Hogar.
El acto del lanzamiento en una librería capitalina evidenció la expectativa generada por el libro sobre Pichirilo, combatiente revolucionario de relevantes huellas patrióticas internacionales, en Cuba y República Dominicana.
Es muy valiosa la iniciativa de los autores de la obra, quienes con acentuada humildad y honestidad son recurrentes en afirmar que se trata de testimonios acerca de ese revolucionario petromacorisano, digno de ser conocido por el pueblo dominicano y las presentes generaciones.
“Inmmoriam”, vale recrear el crédito para Otto Pichirilo (fallecido hace más de dos años, hermano de uno de los autores), por su interés en mantener viva la memoria de Ramón Emilio Mejía del Castillo (Pichirilo). También post morten, quien escribe se honra en evocar a doña Grecia Mejía de Pinedo, que me trató como parte de su familia, desde aquellos tiempos en que vivía en el extremo Este de la calle Caracas.
También en este mes de abril, quien escribe recibió desde Cuba otro libro titulado “Pichirilo”, de igual título y similar propósito: inspirado en rescatar la memoria de ese hombre de las aguas caribeñas, para que no desaparezca en la profundidad del mal del olvido. El libro cubano es obra de la joven periodista Daily Sánchez Lemus, del canal Tele Rebelde, obra ganadora del premio Biografía. Es un texto de la editorial Verde Olivo. La autora cita las “reflexiones de Fidel”, en la que el comandante de la Revolución cubana dice que Pichirilo habla de los méritos de ese hombre “de mar, menudo, con el rostro curtido por los rayos del sol”.
Ambos libros se nutren de las palabras de Fidel. El libro dominicano abunda sobre la participación decisiva del revolucionario dominicano en Cayo Confites y en el desembarco del Granma, donde Fidel evoca a su amigo Pichirilo desde que era el segundo capitán del barco Aurora durante los turbulentos percances del campo de entrenamiento de la malograda expedición de Cayo Confites, en el oriente cubano. Luego de dicha cita de Cayo Confites, en la solapa derecha del libro dominicano, al pie de una foto de Pichirilo, figuran estas apalabras de Fidel: “Diez años más tarde, cuando el Granma zarpó de México, Pichirilo se había unido a nosotros e iba, con toda su audacia y coraje, como Segundo jefe de la embarcación. Ojalá hubiese sido el primero”. Agrega Fidel que Pichirilo “luchó con el grado de comandante bajo las órdenes de Caamaño, contra los soldados de la 82 División aerotransportada, que, sumados a más de 40 mil infantes de marina, desembarcaron en Quisqueya”. Pichirilo (continúa la cita) “fue atacado a tiros el 12 de agosto de 1966, por los órganos de inteligencia de República Dominicana, durante la Presidencia de Joaquín Balaguer. Recuerda Fidel que Pichirilo murió “horas después…cuando yo cumplía 40 años….Su muerte provocó una ola de protestas,…y su entierro devino en una combativa manifestación de repudio… al débil gobierno..” (Fidel Castro Ruz, marzo 6 del 2009).
Los dos libros en circulación con datos biográficos esenciales sobre la vida de Pichirilo sin dudas habrán colmado de satisfacción a Fidel Castro, quien ya en el 2009 había dicho: “Nadie agradecería más que yo una biografía de Ramón Emilio Mejías del Castillo, no importa cuán modesta sea. Vale la pena que hombres como él, Jiménes Moya, y otros heroicos combatientes, sean conocidos por dominicanos y cubanos”.
Sin temor a equivocarme, quien escribe entiende que existe cierto parecido, guardando la distancia, entre la trayectoria seguida por Pichirilo y la misión cumplida por los editores de los dos libros. Pichirilo estuvo en Cayo Confites, el Aurora, en el México del Granma, como segundo del Granma llegó a Cuba, en Alegría de Pío, luego entró clandestino a La Habana y se integró al 26 de Julio.
Más tarde se traslada a Santo Domingo. Tras el 24 de Abril combate en San Antón y otros barrios. El 12 de agosto de 1966 cae herido por la espalda, mortalmente. Meriño y Restauración, hacia la Francisco Cerón. Fue un asesinato selectivo, parte de un plan orquestado por los Estados Unidos. Su trayectoria es un monumento horizontal de huellas sucedidas en línea recta, espejo de la perseverancia sin retroceso.
Del otro lado, aparecieron quienes le escribieron y publicaron. En Cuba, la periodista Daily Sánchez Lemus, y en República Dominicana el meritorio y complejo trabajo de Pedro A. Pérez A. y Juan F. García S. En Cuba y en República Dominicana, los autores-compiladores llegaron a puerto con los dos libros del mismo título: PICHIRILO. Pueden estar seguros de la misión cumplida, con sus valiosos aportes, muy significativos en el colectivo compromiso de reivindicar a Pichirilo, el revolucionario digno de un amplio espacio pendiente en el imaginario popular.
Dice Luis Díaz, en la canción que le dedica a Pichirilo:
Oye Pichirilo, súbeme a tu comando por un momento…/ Oye Pichirilo, préstame tu Mauser por un momento/ para ver si acabamos con este 27 de Febrero”, en alusión a lo que se jugaron los militares y militantes constitucionalistas durante aquel Abril glorioso e imperecedero de 1965.
EL libro dominicano “PICHIRILO: El comandante popular” se puede obtener en Librería Cuesta. El libro editado en Cuba, PICHIRILO, el dominicano del Granma”, pronto estaría en el país para ser adquirido por los dominicanos ávidos de conocer los mejores ejemplos y antecedentes de su historia, como lo fue Pichirilo.
(*) Granma es el nombre de la embarcación que trasladó desde playas mexicanas a los 82 expedicionarios que desembarcaron el 2 de diciembre de 1956 en el oriente de Cuba bajo la comandancia de Fidel Castro, acompañado por Ernesto -Che- Guevara, Raúl Castro, Camilo Cienfuegos, Juan Almeida Bosque, Ramiro Valdez, y otros. Pichirilo trasladó a Mexico parte del dinero para la compra del Granma. Fue segundo timonel durante la travesía. El primer combate de los expedicionarios del Granma fue en el 5 de diciembre en Alegría de Pío. Sobrevivieron 19 guerrilleros que lograron escalar luego la Sierra Maestra. El yate está en el museo de la Revolución, en La Habana,Cuba.