La pregunta que más se repite en México es cómo fue posible que el narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, escapara de la prisión de máxima seguridad del país.
Es la pregunta a la que la Procuraduría General de la República (PGR) busca respuesta con los interrogatorios a 31 empleados de la cárcel que ha puesto bajo averiguación por su posible participación en el escape.
Para el especialista en seguridad del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), Martín Barrón, la respuesta se resume en dos palabras: corrupción y colusión.
Corrupción de quienes facilitaron los planos de la prisión del Altiplano para precisar el lugar donde se encontraba El Chapo y colusión de quienes durante meses fingieron no darse cuenta de la construcción del túnel de 1.500 metros por donde se fue el capo.
Nadie vio, nadie supo…
El titular del diario Reforma de este lunes resume el tema: «…Y nadie vio 3,250 toneladas de tierra», señala en referencia a los escombros que deja cavar un túnel de esas dimensiones.
Para muchos resulta complicado que nadie se haya percatado de la excavación, en la que según especialistas se utilizó ruidosa maquinaria pesada, como tractores y excavadoras.
Vecinos del barrio Santa Juanita que alberga la casa donde termina el túnel por el que escapó Guzmán, dijeron a la agencia de noticias AP, que la vivienda empezó a edificarse hace un año.
Algunos reconocen haber visto maquinaria de construcción en la casa.
Pero en general, a los vecinos no les extrañó ver el movimiento de albañiles, normal, dicen, en una zona donde hay varias obras en construcción.
Sin embargo, Barrón insiste en la tesis de la colusión, y destaca que la cárcel del Altiplano fue diseñada para evitar fugas como la ocurrida hace unos días.
«Desde 1991 se dijo que la prisión tenía sensores en los alrededores para impedir la fuga de alguna persona», explica Barrón
«Se suponía que era imposible cavar un túnel en su perímetro, pero se construyó uno de un kilómetro y medio. Eso nos demuestra que los sensores o bien no funcionaron o los desconectaron».
Además, los alrededores de la prisión son vigilados permanentemente por soldados y policías federales.
Hasta ahora la fiscalía no ha comentado sobre posibles detalles del plan de fuga, aduciendo que se trata de una investigación en curso.
Barrón estima que en la fuga de El Chapo participó una red de personas que no se limita a los custodios del penal
El especialista señala que no cualquiera tiene acceso a la ubicación exacta de la celda y el área de regaderas que utilizaba Guzmán Loera.
«La prisión es un verdadero laberinto, si no conoces bien puedes perder la noción de dónde te encuentras», insiste Barrón.
Derrota
Más allá de los detalles, la fuga de El Chapo es vista como una derrota para el Estado mexicano, según afirman especialistas como Alejandro Hope, director del Proyecto MC2 (Menos crimen, menos castigo).
Hope considera que deja en evidencia severos problemas del sistema penitenciario del país.
«Eso muestra las debilidades infraestructurales del aparato de seguridad y justicia, muestra que aún en la prisión de más alta seguridad es imposible retener a un personaje de esta naturaleza, insiste.
En eso coincide el Consejo Coordinador Empresarial, organismo que reúne a algunos de los empresarios más importantes del país.
En un comunicado, el grupo advierte que el escape de Guzmán «exhibe la debilidad institucional ante la corrupción».
«La causa o explicación de esa segunda huida del capo más emblemático del crimen organizado en México se localiza en el punto donde se anudan la corrupción y la negligencia», destaca.
«Todos bajo sospecha»
La PGR también solicitó el registro de las personas que visitaron a Guzmán Loera en los últimos meses.
«Todos están bajo sospecha», señalan funcionarios de la fiscalía a medios locales.
Mientras tanto, el gobierno de Estados Unidos ofreció ayudar en la recaptura de El Chapo.
«Compartimos con el gobierno de México su preocupación por la fuga de Joaquín Guzmán», dijo la procuradora de ese país Loretta Lynch.
Desde el año pasado, cuando se capturó al capo, la Casa Blanca mostró su interés por que el delincuente fuera juzgado en tribunales estadunidenses.
Pero el entonces procurador General, Jesús Murillo Karam, dijo que El Chapo cumpliría primero su sentencia en México.
Apenas meses atrás el funcionario había dicho que la posibilidad de que el delincuente escapara «no existe».