El empresario venezolano Francisco Flores Suárez, quien asegura tener planes de inversión en República Dominicana, elogia esta hermosa nación, donde hay muchas oportunidades para hacer negocios y buen clima de inversión, aunque reconoce “que todavía hay importantes tareas pendientes y problemas que resolver, como en todos los países de Latinoamérica”.
Según Flores, la experiencia de los países que han logrado cruzar la barrera del subdesarrollo evidencia que, más allá del crecimiento económico, “el desarrollo de los pueblos está directamente asociada a la inversión social, especialmente a aquella orientada a la formación de los individuos como entes funcionales en la sociedad”.
Flores es un empresario de más de 20 años de trayectoria profesional en diversos sectores como la industria petrolera, la construcción, el turismo y el entretenimiento, en su país de origen y en otras 10 naciones de Latinoamérica, bajo el consorcio Kingdom. Es el creador de la Fundación Venezuela Nueva (FNV), institución que ha demostrado, en base a la experiencia de trabajo, “la efectividad de las acciones preventivas para lograr la reinserción social positiva de jóvenes vulnerables”.
La institución gestiona actualmente varios proyectos, tales como el Programa de Apoyo Directo a la Familia, que incluye el acompañamiento a familias que albergan niños con necesidades especiales; programas comunitarios de educación, sensibilización y adiestramiento de jóvenes con interés de realizar proyectos socio-productivos; trabajo con jóvenes en situación de vulnerabilidad social; programas educativos y deportivos; y un proyecto de construcción de casas que ha beneficiado a cientos de familias de escasos recursos.
Esta relación se hace cada vez más notable en los países latinoamericanos, en los que se ha demostrado que los altos índices de violencia y criminalidad son reflejo de la incapacidad de los Estados para satisfacer las necesidades fundamentales de las personas, especialmente en las etapas de formación (niñez y adolescencia), necesidades que van más allá del ámbito económico, constituyendo un entramado complejo que incluye la falta de acceso a la educación y a los cuidados adecuados durante la infancia, y la exposición a la creciente descomposición familiar y entornos nocivos para su desarrollo.
“Necesitamos una reforma interna, en nuestra condición de pensamiento, en nuestra forma de involucrarnos en las cosas. Cuando yo pienso en una mentalidad de reforma, lo que pienso es en un gran estándar global que necesitamos construir nosotros mismos y Dios nos está invitando a esto”.
A través de la FVN, el empresario realiza aportes sociales en diferentes áreas, específicamente en el fortalecimiento de la estructura familiar como institución, a través del “Programa de Apoyo Directo a la Familia” (PADFA). La iniciativa de Flores surge en el agitado contexto venezolano de la década de los noventa, junto a un grupo de jóvenes voluntarios que tenía la propuesta de crear un reto a la juventud en situación de riesgo, mediante su rescate y reinserción en la sociedad.
El proyecto, que se inició bajo el nombre de “Escuadrón Nocturno” y ha evolucionado en la medida en que se han detectado nuevos factores que inciden en la problemática, principalmente en el núcleo familiar.
Jóvenes productivos.
“República Dominicana, como Venezuela, es un país cuya población, en su mayoría, es joven y está en edad productiva, “por lo que tiene mayor oportunidad de aprovechamiento de los potenciales de este sector de la sociedad, a través de políticas que promuevan su inclusión y participación activa en los procesos de desarrollo social y la creación de espacios que impulsen y garanticen su derecho al sano desenvolvimiento, permitiéndole crecer bajo principios y valores familiares que fortalezcan a la sociedad”.
Uno de los proyectos más exitosos implementados en Venezuela es el Programa de Apoyo Directo a la Familia (PADFA), que podría ser un modelo para la creación en República Dominicana de otro proyecto orientado a la prevención y rescate de niños y jóvenes en estado de vulnerabilidad social, “que permita prevenir la tendencia a cometer actos delictivos. Este sería un mecanismo para atacar la ola de violencia que afecta al país desde su origen y con un efecto a largo plazo.