Es un valioso e importante documento el Informe de Estabilidad Financiera dado a conocer recientemente por el Banco Central y en el cual examina el desempeño de las instituciones del sistema y los riesgos que puedan afectar la estabilidad, así como las medidas de políticas económicas que sean necesarias para administrar y reducir esas contingencias.
El documento surge en respuesta a las preocupaciones de agentes económicos internacionales sobre el “Informe de estabilidad financiera global” preparado por tres ejecutivos del Fondo Monetario Internacional (FMI), en el cual exponen cómo han aumentado los riesgos globales a corto plazo para la estabilidad financiera, lo que refleja las crecientes presiones en las economías de mercados emergentes y la escalada de las tensiones comerciales.
El informe del Banco Central es de gran interés en el país por el impacto que podría tener en la economía cualquier desestabilización que se presentara en el sistema financiero internacional.
Tobias Adrian, Fabio Natalucci y Thomas Piontek, presentaron al FMI el estudio en el que señalan los riesgos, aunque todavía moderados, podrían aumentar significativamente. Una intensificación de las preocupaciones sobre los mercados emergentes, un aumento más amplio de las tensiones comerciales, la realización de incertidumbres políticas o un endurecimiento más rápido de lo esperado en la normalización monetaria podrían llevar a un fuerte endurecimiento de las condiciones financieras.
Los riesgos de estabilidad financiera a mediano plazo siguen siendo elevados, impulsados por un alto apalancamiento del sector no financiero en economías avanzadas y el creciente endeudamiento externo en los mercados emergentes. Aunque el sistema bancario global es más fuerte que antes de la crisis de la década pasada, está expuesto a prestatarios altamente endeudados, así como a activos opacos e ilíquidos y riesgos de reinversión de moneda extranjera.
Todo eso aumenta la urgencia de que los responsables de la formulación de políticas intensifiquen sus esfuerzos para aumentar la capacidad de recuperación del sistema financiero completando el programa de reforma de la regulación, así como desarrollando y desplegando herramientas de políticas macroprudenciales.
El informe del FMI hace un balance de la reforma regulatoria global 10 años después de la crisis financiera mundial y revisa las principales fallas previas a la crisis.