A propósito de los tres temblores de tierras de magnitud 4.3, 5.1 y 4.3 grados ocurridos hoy Montecristi, el experto Frank Moreno, director Marketing and Distribution Development de Generac Latam, ofrece algunos consejos al respecto para volver lo antes posible a la normalidad, tanto para que los negocios como para la vida cotidiana en casa.
El Centro Nacional de Sismología, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), reportó este domingo que en el caso del movimiento telúrico de 4.3 grados de magnitud se registró en el municipio de Guayubín; el de 5.1 en Villa Vásquez, a la 1:30 de la madrugada y el otro de 4.3 también en Guayubín. Todos ocurrieron entre 1:30 a 3:20 de la madrugada.
Conforme al especialista Moreno, aunque muchas veces no se reportan víctimas humanas ni daños materiales, no siempre ocurre así. En ese sentido, indica que cada uno de los terremotos, inundaciones y cualquier otro desastre natural «nos recuerda la importancia de estar preparados para cuando ocurran».
Señala que ante cualquier eventualidad natural ocurrida, es necesario contar con planes y estrategias que aseguren la continuidad de las actividades tanto en los hogares como en los negocios.
Citó entre esos estrategias contar con de soluciones de respaldo de energía que vienen para todo tipo de necesidades, requerimiento y situaciones. «Sólo basta con tener en claro nuestro plan de contingencia y reaccionar lo antes posible para no tener pérdidas económicas, como sucede en el caso de los negocios», dijo.
Sostuvo que un generador de energía de respaldo es de mucha utilidad porque no permitirá contar con un servicio básico que, seguramente, estará suspendido y podría tardar varias horas o días para restablecerse”.
«Lo primero que debemos de tener en claro es que ante cualquier contingencia que afecte la operación normal de un sistema, como el de energía eléctrica, se debe considerar un mecanismo de recuperación», expuso.
Agregó que en el caso de la energía eléctrica, la energía de respaldo toma un papel destacado para ayudar en los trabajos de un plan de contingencia luego de una catástrofe, así como para el restablecimiento de las actividades generales, desde una casa donde una familia requiere de energía eléctrica para conservar sus alimentos en refrigeración, hasta los grandes complejos de negocios que necesitan este recurso para reactivar sus operaciones lo antes posible.
Indicó que tan solo en República Dominicana, en junio pasado se registró un sismo de magnitud 5,1; y aunque no se reportaron víctimas ni daños materiales, «usted sabe que esto no siempre es así.»
«Incluso, en esta misma isla, el reciente paso de la onda tropical Beryl causó al menos, 2 mil 348 viviendas afectadas, siete de ellas destruidas, 11 mil 740 personas desplazadas a casas de familiares, una comunidad incomunicada y 22 provincias en alerta, además de puentes y acueductos alterados, según datos del Centro de Operaciones de Emergencias (COE)», reseñó.
Y agregó: «Se dice fácil, pero el trabajo que implica hacer frente a los desastres naturales, es bastante considerable en términos económicos. En esta isla caribeña, por ejemplo, el daño anual promedio asociado a desastres, principalmente de origen hidrometeorológicos, se sitúa en los 420 millones de dólares, lo que representa el 0.69 por ciento de su PIB, de acuerdo con datos de la Gestión financiera y aseguramiento del riesgo de desastres en República Dominicana».