2022: año de guerras y crisis

2022: año de guerras y crisis

Eduardo Klinger Pevida

Se nos va un año de efectos trágicos y devastación económica cuyas peores consecuencias, como ocurre al interior de los países, las sufren los que menos tienen. No es error escribir el título de este artículo en plural. De la guerra que se habla cuyos efectos y consecuencias estremecen a todos, es la que enfrenta a Rusia y Ucrania con dolorosas secuelas de muerte y destrucción. Sin embargo, no es la única; varios otros conflictos siguen causando cientos de miles de muertes en Etiopía, Yemen, Congo, Siria, Yibuti, Somalia, entre varios otros, pero han pasado a la sombra porque no tienen la connotación política para Occidente en su objetivo, no de parar una guerra cruel, sino de neutralizar a Rusia y salir de Putin, devenido en una espina dolorosa e insoportable.

Esos conflictos en 2021 provocaron 90 millones de refugiados que en 2022 rebasarán los 100 millones, según la ACNUR.

Un mundo que no había superado las derivaciones económicas de una pandemia brutal se ha visto sumido en las consecuencias de una guerra entre participantes directos e indirectos cuyas acciones están teniendo consecuencias económicas graves. La opción de sanciones económicas, más que negociaciones, para detener la guerra ha empujado por un precipicio a la economía global sin que se sepa realmente cuan profunda es la quebrada.

No es suficiente aún. Se arman otros potenciales conflictos alrededor de Taiwán buscando un enfrentamiento con China en el que, si se llega a lo peor advertido desde Beijing, los muertos serán chinos a ambos lados del Estrecho. El desenlace puede llevar a nuevas baterías de sanciones bumerán contra la segunda economía mundial y, sueñen con lo que sueñen, la más dinámica del mundo de hoy.

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Los “castigos” económicos suenan deseables para el objetivo de frenar el desarrollo chino; la gran pesadilla alrededor del Potomac. ¿Será lo que se busca? Nefastas consecuencias socioeconómicas se profundizarán y nadie escapará de ellas. Tan responsables serán los que ejecutan como los aliados que callen y acepten.

Frustrados aprendices de geopolítica aún no aprenden las lecciones que se desprenden de la realidad global. Nace un mundo nuevo, aunque en parto doloroso; “la era está pariendo un corazón, no puede más, se muere de dolor” como dice aquella canción de Silvio Rodríguez. La única victoria militar deseable es aquella que evita la guerra.

Olviden resabios y ambiciones y todos juntos forjen un mundo nuevo sustentado en la cooperación. Deseo para Año Nuevo.

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