Abigeato por haitianos en la frontera dominicana

Abigeato por haitianos en la frontera dominicana

Abigeato por haitianos en la frontera dominicana

Debe ser motivo de alta preocupación, para nuestras autoridades y también para la población civil de la frontera, el constante robo de ganado vacuno de parte de los haitianos, que tienen al garete a los dominicanos que viven próximo a nuestro vecino; no obstante, efectivos de las Fuerzas Armadas afirman que “la frontera está sellada”, lo cual implica, que no hay posibilidades de que ciudadanos de ese país cometan abigeo en contra de los intereses de los ganaderos dominicanos. Al parecer el sello es postal.

Un incidente que pudo traer una tragedia en la cual se hubiese visto involucrada nuestra Cancillería, sucedió cuando tres haitianos irrumpieron en territorio dominicano y procedieron arrear seis vacas a territorio haitiano. Seis ganaderos dominicanos persiguieron a los ladrones y penetraron en Haití, armados de escopetas y machetes, logrando despojarlos de tres. Las otras tres se quedaron los forajidos con ellas. A estas alturas, los lectores pueden pensar que estas acciones son capítulos de ciencia ficción, ya que no pueden concebir que estos actos sucedan en el siglo XXI.

Debemos recordar que sucesos similares ocurrieron en el año 1937, cuando los haitianos penetraban a menudo en nuestro suelo, para robar ganado. Entonces Trujillo ordenó, que los ciudadanos de ese país retornaran al mismo. Al no hacerlo, hizo ejecutar una operación que fue conocida como “El Corte”. Mediante la argucia de pedirle a los habitantes de color pronunciar la palabra “perejil” lo cual permitía diferenciar los negros dominicanos, ya que los haitianos arrastran la letra “r” lo que significaba ser fusilado inmediatamente.

Recuerdo una narración de un carnicero de mi pueblo, El Mamey, llamado Gabino, quien me contó, que Trujillo le había dado orden a los militares de ahorrar municiones y este matarife se jactaba de que los guardias le ponían en fila india a los haitianos y él procedía con un cuchillo de los conocidos como “lengua de mime” a atraversalos por el corazón como si se tratase de vacas o cerdos. Lo justificaba así: “Si yo me hubiese negado a matarlos, los militares me hubiesen matado a mí” y por supuesto elegí mi salvación.

En los últimos días en la prensa y en la TV apareció el alcalde de Dajabón, denunciando que los haitianos se habían apoderado de los barrios Norte y Sur de la ciudad. Además señaló, que también tenían invadido un lugar conocido como Lo Miche y que apelaba a las autoridades para resolver esa peligrosa situación.

El 30 de enero pasado, dos haitianos ultimaron al hacendado Angel Danilo Matías Núñez (a) Lilito. De forma brutal lo apuñalaron y axficiaron y luego lo enterraron en su misma finca, huyeron, pero fueron apresados más tarde en La Vega. Este hecho debería constituirse en una advertencia para aquellos que confían en estos, los labriegos haitianos. En tiempo que nuestra finca tenía café antes de que la roya lo exterminara, teníamos un batey en donde los mañeses que no hablaban español, debían valerse de otro al cual denominaban congó.

En ciertas ciudades de RD, hay barrios enteros donde los “pitises” son mayoría. Para muestra están los alrededores del Mercado de la avenida Mella donde está el “Pequeño Haití”. Pero el que consideramos fuera de todo control de Bávaro, conocido como “Hoyo de Friusa”, en donde se afirma que la Policía teme penetrar porque son personas belicosas que no obedecen a nadie.

Darles un carné por parte de Migración a los extranjeros que habitan la zona fronteriza es crear una punta de lanza, que ojalá no se convierta en el caballo de Troya.

Nuestros débiles vigilantes deben accionar, o si no, que se cree una milicia especializada en asuntos fronterizos.