Una semana dedicada a solidificar la relación bilateral República Dominicana y Estados Unidos, situó primero al Presidente Luis Abinader en Nueva York y Washington, pronunciando en la sede de la OEA una joya discursiva que destacó la fortaleza democrática de la nación y el contenido de su plan de reforma constitucional, culminó horas después con broche de oro al servir de anfitrión en Santo Domingo al Secretario de Estado, Antony Blinken, con la recepción reservada para los grandes visitantes de la diplomacia moderna.
Blinken, el tercer funcionario de más alto rango de Estados Unidos, detrás del presidente Joe Biden y la vicepresidenta, Kamala Harris, acaba de visitar por primera vez la República Dominicana en calidad en de titular del Departamento de Estado y enviado del mandatario estadounidense para la política exterior, un cargo de tanta responsabilidad, que actualmente viaja por el mundo manejando interminables crisis internacionales de proporciones devastadoras del tipo invasión rusa a Ucrania, el desafío nuclear de Putin, el eterno conflicto del Medio Oriente, donde Israel libra una guerra contra Palestina y el grupo terrorista Hamas, el chantaje iraní, los desafueros de Corea del Norte y la competencia inteligente de la República Popular China, la dictadura y el desbordado fraude electoral de Nicolás Maduro en Venezuela y el proceso de pacificación en Haití.
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Estos dos últimos peligros –la represión de Maduro y el caso haitiano— justifican el encuentro Abinader y Blinken, que no es el primero entre ambos. El dominicano fue categórico al subrayar la preocupación nacional por la crisis haitiana, donde el gobierno de transición enfrenta serios desafíos e insuficiente cooperación en seguridad y el escape de miles de presos agravan la situación. Fue preciso al resaltar que la crisis en el vecino país ha incrementado la presión migratoria hacia el lado dominicano, afectando “nuestros servicios públicos y generando riesgos para nuestra seguridad”.
Asimismo, Abinader y Blinken coinciden en denunciar la violencia y violaciones sistemáticas a los derechos humanos que comete la dictadura de Maduro, cuyo último relato es el hostigamiento armado contra la embajada de Argentina en Caracas, debido a opositores que piden asilo político.
Al despedirse, Blinken destacó la alianza, amistad y asociación entre Estados Unidos y República Dominicana, afirmando que “las relaciones entre ambos nunca han sido más fuertes”, reiteración de Biden: “el vínculo democrático, económico y diplomático de los dos estados “atraviesa su mejor momento”.
Finalmente, argumentó Abinader: El mejor momento histórico, fundamentado en cooperación respetuosa, sólida y continua en temas clave de interés regional.