El país está sumergido en la actividad que más nos agrada, determinada por los intereses políticos envueltos de cada quien soñando con un premio que le permita disfrutar de prebendas a más no poder. Todo a costa del dinero del contribuyente que como manso corderito aúpa a una partida de come cheques imparable y crecimiento exponencial.
Ya no hay espacio para el desarrollo, incluso cuando los políticos en el Gobierno a toda costa buscan las formas de extenderse en el poder por un período adicional, y con fervor, se entregan en una carrera loca de prometer lo que no pudieron hacer en su periodo. Ahora, con miras al objetivo de la reelección, se lanzan en una carrera loca de iniciar proyectos sin estudios previos y en poco tiempo, si es lograda la reelección, se suspenden las obras por agotamiento de los fondos exprimidos de otras partidas presupuestarias.
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Nuestro país tiene costumbres muy singulares con la asistencia presupuestaria a las agrupaciones políticas, que como lo verdolaga arropan el erario público, ofreciéndose como el premio mayor de todas las bienaventuranzas que le lloverán al país bajo la égida de los grupos humanos mas ineptos y ambiciosos que solo buscan los recursos que generosamente le otorga el gobierno de lo que se recauda para las necesidades públicas.
Entramos ahora al festín de las promesas más increíbles repetidas año tras año. Pero el simple ciudadano, en su profunda sabiduría popular, conoce a esos camajanes en sus utópicos planes políticos que tan solo le hacen coro sus escasos seguidores en sus manifestaciones, pero a la hora de votar, continúan apoyando a los grupos mayoritarios de amplio abolengo partidario siendo acaparadores con sus cuadros masivos de simples atrapa cheques. Su vigencia va en el orden del apoyo que reciban de Estado que generosamente los sostienen abriendo sus arcas para seguir sosteniendo el plan social a los partidos que asegura un comportamiento tranquilo de un pueblo de dura cerviz y conducta explosiva mantenida a papeletazos que contribuye a las paz social que disfrutamos con excepción del corto periodo de la guerra de abril de 1965.
La fauna política criolla es generosamente atendida por las autoridades que ejercen el poder y ¡cuidado! si alguna pretende eliminar esas prebendas que tan generosamente otras administraciones de turno han otorgado. Evitan así las protestas de quienes al final de cuentas se quedan con mas del 70% de los fondos que les otorga el gobierno de turno, aun cuando sean los más recalcitrantes opositores de izquierda. Tan solo los políticos en el poder pueden recurrir a dilatar la entrega de los recursos, pero al final, por la bulla que llevan a cabo los perjudicados por la tardanza de recibir los recursos, inundan ahora mas que nunca las redes sociales aparte de las diatribas que lanzan a los opositores opuestos a esas dádivas ya que todos las buscan a como de lugar.
Como trampa, para desalentar a que los más radicales no busquen esa ayuda del Gobierno, los satanizan y pretenden disuadirlos de que no reciban esa ayuda de un poder corrupto. Se continúa alimentando a una clase parasitaria que solo puede subsistir en este país por la generosidad de los políticos que desde el poder sostienen su complicidad con la oposición para protegerse para los futuros cambios políticos.