El libro “Castel Blanc, Los guardianes de la luz”, de Scarlet Shirley Sánchez, fue presentado el 31 de marzo de 2023, en la Biblioteca Nacional. Me correspondió el honor de presentarlo y fue ocasión para expresar el asombro de que una escritora novel, haya compuesto una obra de tan cuidadosa elaboración
Se trata de una novela infantil que podrán disfrutar también los adolescentes. Leer libros de aventuras siempre fue costumbre de los jóvenes que han tenido el privilegio de acceder a ellos. Una exigencia para escribir literatura infantil es tomar en cuenta, ante todo su función lúdica, el niño jugará con el lenguaje y de ese modo aprende sin que sea ese el propósito, pues nada es más perjudicial para la creación de literatura infantil que la intención didáctica.
Este tipo de literatura debe contribuir a educar el gusto del niño, alejarlo de lo ordinario, de lo vulgar, y ayudar a que el pequeño lector aprecie la lectura como un placer, como un disfrute, y nunca como una imposición.
El libro de Scarlet Sánchez contiene una narración bien organizada que reúne todas las condiciones requeridas para atraer la atención de niños y jóvenes, y vale precisar, además, que la obra no está contraindicada para los adultos.
Este libro es un ejemplo de prosa limpia, con frases magníficamente construidas, a partir de un perfecto orden lógico, son frases breves, pero no telegráficas. Por ejemplo: “Mamá Caro era pequeña. Con el tiempo se había encorvado tanto que ya era solo unos centímetros más alta que Lucas. Parecía un signo de interrogación». (pág. 15).
El tono infantil de la obra aparece, no solo en el armazón argumental, sino con la constante construcción de figuras literarias: “A la abuela también se le había llenado el cuerpo de arrugas. Para Stella eran como ríos o caminos que surcaban la piel”. (pág. 15).
La autora muestra madurez en el estilo y sorprendente desempeño en la estructuración narrativa. Narra bien y describe bien, y no podemos olvidar que la descripción va implícita en toda obra narrativa, sobre todo en la novela. Un perfecto ejemplo de descripción es este párrafo:
“Elizabeth, Lucas, Stella y Pigo siguieron el sendero que se había formado. Ante ellos apareció una selva de enormes árboles, con largos troncos bañados de musgos y rodeados de helechos. Las hojas secas acolchaban la tierra. El follaje era tanto que parecía arropar el cielo…” (pág. 35).
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De paso, han sido citados cuatro de los personajes principales de la obra, los hermanos Elizabeth, Lucas, Stella y Pigo, el cerdito humanizado que será capaz de múltiples acciones para el desarrollo de la trama, fundamentada en la protección del reino de Castel Blanc frente a las malignas intenciones de sus enemigos.
La forma como ocurren los hechos hace recordar la famosa novela “Alicia en el país de la maravilla”, en la que se pasa de lo real a lo maravilloso sin que el lector experimente ningún choque. En la historia que nos ocupa, el Ejército Rojo es la amenaza para Castel Blanc, por eso este reino está requerido de héroes y acciones que puedan salvarlo. Como anticipo, el Ejército Rojo secuestra la novia del hijo del Rey e impide su boda. Oigamos: “El hijo del Rey ocuparía el trono de Castell Blanc tan pronto se casara con la mujer que amaba; sin embargo, la boda nunca llegó a celebrarse. Los preparativos para el gran día estaban listos, pero el Ejército Rojo secuestró y hechizó a la novia”. (pág. 52).
La obra se encuadra en una línea ortodoxa de las historias destinadas a los niños, las cuales se han valido de elementos tales como los bosques, montañas, niños en peligro, hechiceras, animales salvajes y cosas extrañas que en el libro de Scarlet no faltan, como es, por ejemplo, un río de miel.
Y tanta aproximación tiene el libro de Scarlet Sánchez con los clásicos de este género, que en la historia actúan caballeros con armaduras metálicas y aparecen elementos mágicos de la antigüedad que le hacen guiños al presente, como es, por ejemplo, la presencia de periódicos y libros lumínicos con páginas que se actualizan durante todo el día. Y es una referencia a Internet y uno de los personajes, Lucas, lo sugiere. De este modo, en medio de elfos, hadas, duendes, cíclopes y leones voladores discurre esta obra, repito con aliento clásico, pero escrita en este tiempo que es cuando vive Scarlett Sánchez.
Relata los hechos con atinada naturalidad. Se entiende que el texto de literatura infantil debe aproximarse a la forma natural de contar historias, incluidos los titubeos o dudas y la imitación de sonidos naturales o de objetos.
Si la fantasía viene bien a la obra literaria escrita para adultos, ¿qué no será en la destinada a los niños? Los pequeños gustan de la fantasía, pues les proporciona placer, que es lo más importante. El niño que experimenta placer con la lectura es muy probable que adquiera hábito por la lectura.
Reitero que el libro “Castel Blanc, Los guardianes de la luz” reúne las características del género infantil y por eso constituye una excelente contribución al desarrollo de la bibliografía de textos compuestos para niños, por lo que hay que felicitar a su autora y desear que siga creciendo en su carrera literaria. En hora buena, Scarlet.