Al participar en el almuerzo semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio, la doctora Yahila de Peña, encargada del Departamento Desarrollo de Servicios del Centro de Atención Integral para la Discapacidad (CAID), señaló algunos de los valores para identificar cuando un niño o adulto padece el Trastorno del Espectro Autista (TEA).

“Las manifestaciones varían no solamente de una persona a otra, también dentro de la misma persona pueden variar dependiendo del contexto o pueden variar en el tiempo”, dijo.

Partiendo de que la comunicación social y los comportamientos o conductas que son restringidos o repetitivos, conforman la forma en cómo se divide el autismo, indicó los detalles de ambos.

“Al ser un espectro y ser tan variable, a veces las señales pasan desapercibidas sobre todo en los que son más funcionales. A nivel de comunicación puede ir de una persona que no habla nada hasta una persona que habla demasiado, que tiene dificultad para encontrar esos límites a la hora de hablar”, citó.

“A nivel de conducta, algunos pueden tener conductas agresivas, pero eso no lo presentan todos. Por eso es que cualquier alteración del desarrollo o cualquier duda debe motivar una evaluación, porque al fin y al cabo el diagnostico lo hace un profesional utilizando herramientas estandarizadas, pero esa duda no se puede quedar en la casa, esa duda debe llegar a un profesional que no solamente puede decir un diagnostico”, refirió la especialista.

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¿Cuándo se pre puede presentar el autismo?

En ese mismo orden, la Yanila de Peña externó a partir de qué momento puede ser detectado el Trastorno del Espectro Autista (TEA).

“El autismo es una condición que está presente desde el nacimiento, las manifestaciones se pueden ver desde los cuatro o seis meses, pero generalmente el diagnostico formal no se hace antes de los dos años”, puntualizó.

Sin embargo, agregó que no es solo en ese rango de edad sino que además en personas ya con edad avanzada.

“Incluso hay personas que esas manifestaciones se hacen evidentes en la adolescencia o en la vida adulta, porque a la medida que aumentan las demandas sociales, esos retos se hacen más evidentes”, explicó de Peña.

Asimismo, dijo que la persona calificada para la evaluación debe ser un “un psicólogo evaluador, certificado en evaluación de autismo”.