P: ¿Cómo afecta el estilo de vida actual la salud de nuestros niños y el futuro de nuestra sociedad?
R: En el pasado la desnutrición infantil era un problema de salud pública en nuestro país; sin embargo, en la actualidad la obesidad es nuestra caja de Pandora; y no sólo por el hecho de que el niño tenga unas libras de más, sino porque la obesidad trae consigo una retahíla de problemas de salud, como hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2 (antes común en la población adulta), enfermedades ósteoarticuoares, aumento en los niveles sanguíneos de triglicéridos y colesterol y mayor riesgo cardiovascular, apnea obstructiva del sueño, bulling, inseguridad y afectación de la imagen corporal, etc, etc. Uno de cada tres niños en edad escolar tiene obesidad o sobrepeso, y esto se asocia al sedentarismo y a los malos hábitos alimentarios. Ya nuestros niños no corren, practican menos deporte, duermen menos y pasan largas horas del día frente al ordenador, tableta o teléfono celular chateando, navegando o viendo videojuegos. Hoy los padres entretienen a sus pequeñines niños con equipos electrónicos, en vez de jugar y compartir con ellos en familia.
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Los padres están IDIOTIZANDO A SUS HIJOS, fabricando máquinas humanas, robots o momias encerradas en su propio mundo; y lo más lamentable es que ellos serán nuestros futuros médicos, abogados, ingenieros, legisladores, maestros, padres y gobernantes. Mañana estar enfermo sería la regla, y disfrutar de salud, la excepción. La epidemia de la obesidad avanza vertiginosamente por un despeñadero; y pareciera como si las grandes potencias apostaran a ella como un medio para reducir la población mundial, y un método para alienar al ser humano. La obesidad acorta la vida y achica el cerebro, engendra ansiedad y depresión, disminuye la fertilidad, causa depresión e infertilidad, frente a una generación insensible e idiotizada por la tecnología, que cava su propia tumba. ¿Qué estamos haciendo los padres, maestros y gobernantes? ¿Estamos educando en salud, promoviendo hábitos alimentarios saludables? Parece que estamos, también, IDIOTIZADOS. ¡Despertemos!