Consultorio de Nutrición: Grasa en el cuello

Consultorio de Nutrición: Grasa en el cuello

Jimmy Barranco Ventura

P: ¿Sabías que la acumulación de grasa en el cuello es perjudicial para la salud?

R: Se habla de obesidad cuando una persona tiene un índice de masa corporal (IMC) mayor a 29.9 kg/m2; y éste se obtiene dividiendo el peso corporal (kg) entre el cuadrado de la estatura en metros (m2). La obesidad visceral (cintura igual o mayor de 80 cm en mujeres, o igual o mayor de 90 cm en hombres) se asocia con mayor riesgo cardiovascular y diabetes. Se ha propuesto utilizar el perímetro del cuello (PC) como un predictor de sobrepeso y de obesidad visceral, aunque faltan más estudios para confirmar esta hipótesis. Además, las personas con obesidad cervical (PC mayor a lo habitual) presentan un riesgo aumentado de tener colesterol o triglicéridos elevados, presión alta, resistencia a la insulina, diabetes o síndrome metabólico. Según un estudio realizado en Chile en personas mayores de 15 años, un PC mayor o igual a 32 centímetros en mujeres, o mayor o igual a 37 centímetros en hombres, predice adecuadamente un riesgo cardiovascular moderado o alto (Caro P y col. BMJ Open 2019).

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No obstante, se recomienda que cada población determine sus propios valores de referencia. El PC se relaciona también con la acumulación de grasa alrededor de las arterias carótidas, causando lesión vascular y liberación de sustancias inflamatorias (leptina, adiponectina e interleucina-6) asociadas a las alteraciones metabólicas y al riesgo cardiovascular (Basurto L y col. Rev. Cu. End, 2019). Por lo tanto, el PC parece ser una medida antropométrica importante para identificar a los pacientes con alto riesgo cardiometabólico. El PC es práctico, fácil de medir, no cambia durante el día, no es afectado por la ingestión de alimentos, ni se altera con la inhalación o exhalación; el paciente no tiene que removerse la ropa y es útil en aquellas personas que tienen fobia de pesarse (Arias-Téllez MJ y col. Nutr Hosp 2018); aunque carece de validez en casos de bocio, embarazo, deformidad de la columna cervical o síndrome de Cushing. ¡Cuida tu cocote, hermano!